El occiso, quien tenía 17 años, llegó a bordo de un vehículo rojo. Luego se acercó caminando hasta un local esquinero que desde hace ocho meses estaba siendo víctima de extorsionadores.

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Junto a la pared, tratando de accionar el explosivo de fabricación casera, permaneció alrededor de 15 segundos. Sin embargo, de un momento a otro se produjo el estallido que mutiló parte de sus brazos y su pierna izquierda.

El coronel Víctor Herrera Leiva, comandante de la Zona 8 de Policía, informó que de acuerdo con las pericias se pudo determinar que el explosivo utilizado por los delincuentes era de fabricación casera y que tenía una envoltura de color plomo.

“El efecto que tuvo con esta persona que trató de detonar el artefacto, en contra de una unidad económica, fue fulminante y causó su muerte y el desmembramiento de sus extremidades, pero también pudieron existir víctimas colaterales. Solo en Guayaquil, durante el 2023, se han registrado 286 explosiones. El 52 por ciento con dinamita”, detalló.

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El comandante de la Zona 8 indicó que producto de la explosión también hubo daños materiales, en un local de venta de cerámicas y otros materiales utilizados para la construcción.

“Hago un llamado primero a los ciudadanos para que denuncien si conocen dónde se está almacenando este tipo de explosivos. La irresponsabilidad de manejar los explosivos dejó las consecuencias que estamos viendo. Los afectados no solo pueden ser las personas que los manipulan, sino el entorno, como un niño, una persona de la tercera edad o un ser inocente. Hay que hacer conciencia”, afirmó.

Añadió que la identidad del occiso fue determinada porque junto a la escena del hecho, la policía encontró una cédula que permitió conocer su nombre y edad. Esta información, luego, fue confirmada por los allegados del adolescente, quien residía en el suroeste de Guayaquil.

Finalmente, Herrera reveló que a tres días de que termine el 2023, la Zona 8 (comprendida por Guayaquil, Durán y Samborondón) registra 5.200 denuncias por extorsión, 3.500 más que en 2022 en el mismo período. “Los mecanismos o las herramientas para intimidar y extorsionar pueden ser utilizando explosivos, amenazas, disparos”. (AEB)

El dueño de un local del sector donde se produjo la explosión solicitó a la Policía mayor control y patrullajes en la zona, donde ya varios comerciantes han tenido que acceder a los requerimientos de estos antisociales para no ser victimados.

“La gente que paga lo hace por miedo, por temor a que ocurra un atentado. No queremos que pase lo que está ocurriendo en otras zonas como Nueva Prosperina, el Guasmo, donde no solo ‘vacunan’ a los negocios, sino a los dueños de casa”, declaró. 

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