Exclusivo
Actualidad
La verdadera historia del 10 de agosto de 1809 en Ecuador
El 10 de agosto de 1809 es conocido como el Día de la Independencia de Ecuador
El 10 de agosto de 1809, conocido como el Día de la Independencia de Ecuador, no se libró una batalla militar, sino que se conmemoró el primer intento de independencia del país, que en ese entonces formaba parte del Virreinato del Perú bajo dominio español. Este día marca la declaración de independencia de Quito y el establecimiento del primer gobierno patrio en Ecuador, encabezado por un grupo de criollos que buscaban separarse del dominio español.
(Lea también: Operativos en Nueva Prosperina: guaridas destruidas, detenciones y dos reptiles recuperados)
Varios factores influyeron en el ideal libertario de los patriotas del 10 de agosto de 1809. La causa inmediata de la independencia hispanoamericana fue la crisis de la monarquía española, provocada por la invasión de Napoleón a España en 1808.
Al recibir noticias de estos acontecimientos, las clases dirigentes quiteñas empezaron a analizar las diversas y confusas implicaciones de la situación en España y decidieron que era el momento de tomar el poder en sus propias manos, antes que lo hicieran Lima o Bogotá.
(Además: Tres objetivos de intermedio valor de Mafia 18 y Tiburones fueron detenidos)
El plan de la Independencia y su cronología
Desde los últimos meses del año 1808, un grupo de patriotas se reunía alternadamente en la casa de distintos ciudadanos comprometidos con la revolución. Hacia la independencia, Juan de Dios Morales fue el cerebro del movimiento, el alma y el enérgico brazo revolucionario. Veamos lo que sucedió en aquellos días.
El martes 7 de agosto de 1809, los compatriotas se reunieron en la casa de don Xavier Ascázubi para redactar el acta de la revolución. El miércoles 8 de agosto, se reunieron nuevamente en la misma casa para coordinar el golpe revolucionario. Sin embargo, al no contar con la concurrencia necesaria, decidieron convocar una nueva reunión en la casa de Manuela Cañizares.
Efectivamente, en la noche del 9 de agosto hubo una gran actividad por parte de los patriotas y del pueblo en general de Quito. Desde los rincones más recónditos de la ciudad y amparados por las sombras de la noche, llegaron a la sala de doña Manuela Cañizares, ubicada en la parroquia El Sagrario, junto a la Catedral Metropolitana de Quito, aparentando que se trataba de una reunión social.
Los patriotas se constituyeron en asamblea y procedieron a la organización de una Junta Soberana de Gobierno. Tras una larga discusión sobre el golpe revolucionario, los participantes no llegaron a un acuerdo. Debido a la falta de unidad de criterios, algunos comenzaron a abandonar el local de la reunión, decepcionados.
(Por si no leíste: Así encontró una mujer al sujeto que la atacó con un cuchillo, en Quito)
El papel de Manuela Cañizares en la Independencia
Manuela Cañizares, indignada toma su puñal en la mano y se para en la puerta de su casa, para evitar que los comprometidos abandonen el lugar y den un paso atrás de su decisión libertaria. Manuela les gritó con voz firme y decidida como un pregón de fuego inicial: "¡Cobardes! ¡Hombres nacidos para la servidumbre! ¿De qué tenéis miedo? ¡No hay tiempo que perder!".
Los patriotas, admirados por la actitud de tan valerosa mujer, regresaron a la sala y decidieron lanzar el grito de independencia al amanecer del nuevo día. Redactaron un acta de revolución, asignando a cada uno de los patriotas sus sectores y responsabilidades. A las 2 de la madrugada quedó constituido el acta, y se puso en marcha inmediatamente el plan.
Junta Soberana del Gobierno
La asamblea procedió a la organización de una Junta Soberana de Gobierno, en la que fue elegido presidente Juan Pío Montúfar, marqués de Selva Alegre; vicepresidente el obispo Dr. José Cuero y Caicedo; secretario de Estado del Interior, Dr. Juan de Dios Morales; de Gracia y Justicia, Manuel Quiroga; y de Hacienda, don Juan Larrea.
Al día siguiente, 10 de agosto de 1809, a las 05:00, el Dr. Antonio Ante llevó personalmente un oficio de la Junta Soberana de Quito al presidente de la Real Audiencia, don Manuel Urriez, Conde Ruiz de Castilla, informándole que había cesado en sus funciones y explicándole los motivos de la transformación política.
Inmediatamente, la guarnición comandada por don Juan Salinas salió a la plaza principal, vitoreando a la Junta Soberana de Gobierno. Asimismo, al amanecer fueron capturados los comandantes de la plaza, Bruno Rezua y Joaquín Villaesperanza. Los doctores Morales y Quiroga se dirigieron a los domicilios de los marqueses de Solanda, de Villaorellana y de Miraflores para informarles del éxito de la revolución.
Se enviaron mensajeros a las haciendas de "El Obraje" para solicitar la presencia del Marqués de Selva Alegre.
(Te invitamos a leer: Trolebús y Ecovía modificarán los horarios por festival Quito Luz de América)
¿Cómo fue el acta de la Independencia
Pocos días después del levantamiento, se convocó un Cabildo abierto el 16 de agosto de 1809, que se celebró en la sala capitular del convento de San Agustín. Allí, se reunieron nobles y ricos como diputados de los diversos sectores de Quito. En ese lugar, donde nació la libertad americana, se firmó el acta de independencia de Quito.
Aquel majestuoso día, el Marqués de Selva Alegre leyó la proclama constitutiva de la primera Junta Soberana. Por primera vez en esta fecha se enunció la supremacía del pueblo, se fraternizó con las clases bajas y, también por primera vez, se reivindicaron los derechos del hombre llenos de luz reivindicadora.
El 10 de agosto de 1809 marca un hito tanto en la historia de nuestro país como en la de América. Este levantamiento contribuyó a la caída del poder español. Quito sembró la semilla, y los demás pueblos del continente siguieron ese valiente ejemplo.
Toda América era un incendio, cuya chispa original brotó del valeroso pecho de los hijos de Quito. El 18 de abril de 1810, Caracas lanzó su grito de independencia; el 25 de mayo, Buenos Aires se rebeló; Bogotá el 20 de julio; México el 16 de septiembre; y Santiago de Chile, el 18 de septiembre del mismo año. Este movimiento americanista fue alentado por un hombre extraordinario, sociólogo y humanista, que dio brillantez al mundo intelectual del siglo XVIII: Eugenio de Santa Cruz y Espejo.
¿Cuáles fueron las mujeres del 10 de agosto?
Se cree generalmente que solo Manuela Cañizares intervino en el grito de insurrección política del 10 de agosto de 1809, pero en realidad estuvieron involucradas varias mujeres, quienes en su mayoría eran esposas, compañeras, madres o hermanas de los conspiradores.
Algunas de las más destacadas fueron: Rosa Montúfar, quien apoyó económicamente debido a su origen acomodado y también organizó tertulias para difundir el pensamiento de libertad; Manuela Espejo; Mariana Matheu de Ascásubi; Rosa Zárate y Ontaneda; María Ontaneda y Larraín; María de la Vega y Nates; Antonia Salinas y Josefa Escarcha. Además, participaron mujeres del pueblo, como María de la Cruz Vieyna.
En las actas firmadas por los diferentes barrios de Quito para nombrar representantes a la Suprema Junta Gubernativa, figuran: Estefa Campuzano, Rosa Solano, Margarita Orozco y Manuela Solís.
¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!