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Judicial

El hecho se registró en el cantón El Triunfo, provincia del Guayas, en el tercer piso de un hotel.Stalin Carrión

Guayas: Nicaragüense compartió 21 noches con su asesino

Juana María Mendoza Zepeda viajó a Ecuador, desde Panamá, para conocer al hombre que la conquistó durante un año a través de las redes sociales.

La historia parecería tomada de una novela de ficción, pero trata de hechos reales, suscitados en Ecuador a partir del pasado 12 de abril, día en que la nicaragüense Juana María Mendoza Zepeda, de 39 años, arribó al país para conocer al hombre con quien mantenía una relación desde hace un año, a través de las redes sociales.

Tras su llegada al aeropuerto José Joaquín de Olmedo, de Guayaquil, la extranjera se movilizó al cantón El Triunfo, en Guayas, para concretar su encuentro personal con Miguel Ángel Castillo Sigüenza (29), quien la había conquistado y convencido para que viajara desde Panamá, donde residía hace siete años.

Al inicio, todo habría sido ‘color de rosas’, pues ella aceptó hospedarse con él en una misma habitación del hotel Bulu Bulu, en el corazón de la localidad, frente al palacio municipal. Allí, en compañía de quien se convertiría en su ‘verdugo’, pernoctó la primera de las últimas 21 noches que le quedaban de vida.

El 3 de mayo, Juana María fue asesinada, pero el atacante se encargó de arreglar la escena para que todo aparentara un suicidio. Y por poco lo consigue, pues en el análisis preliminar de los investigadores de la Policía se estableció que ella habría ingerido pastillas para matarse, como consta en un parte informativo anexado al expediente.

Además, junto al cadáver, los agentes encontraron una carta en la que se entendía que el supuesto motivo que la llevó a esa decisión había sido una decepción amorosa.

No obstante, había detalles que dejaban algunas interrogantes: “¿Por qué no estaban sus documentos, tarjetas o dinero? ¿Cómo hizo para después de muerta envolverse entre sábanas? ¿Por qué estaba el estuche de su teléfono sin su teléfono? Y una computadora que en horas de la mañana intentó vender, según informaron los empleados, ¿dónde estaba?”, se cuestionó el fiscal asignado al caso, César Peña.

Cerca del cuerpo fue encontrada una carta.Stalin Carrión

Tras el levantamiento, el cadáver fue llevado a la morgue del cantón Milagro, pero las dudas existentes motivaron al funcionario a ordenar el transferimiento al Laboratorio de Criminalística, de Guayaquil, donde confirmó sus sospechas: era un asesinato.

“No tenía rastros de ninguna pastilla ni veneno. Lo que presentaba era una hemorragia interna, en el cráneo, por un golpe fuerte. Esa información la obtuvimos el 5 de mayo y ya había culminado la flagrancia. Entonces decidimos movernos bajo reserva”, detalló a EXTRA el operador de justicia.

Por ese motivo, los especialistas de Delitos Contra la Vida (Dinased) empezaron a tomar versiones y la forma de contactar a los familiares de la mujer, a través de redes sociales, para obtener una cronología clara de su estadía en nuestro país.

Así, determinaron que en los primeros ocho días no hubo inconvenientes, porque durante ese tiempo se mantuvieron en el hotel y no demostraron nada fuera de lo normal.

El cambio llegó en las siguientes dos semanas, cuando Miguel Ángel la habría llevado a otro lugar, del que aún no se obtenían mayores detalles.

Lo que sí tienen claro los investigadores es que en ese lapso las cosas no fueron tan bien entre ellos, porque el 3 de mayo la nicaragüense regresó al hotel e ingresó para pedir una habitación. Y quiso hacerlo sola, de acuerdo a la información recabada por la Fiscalía.

En el expediente constan imágenes de cómo fue hallada la víctima.Stalin Carrión

Aquel día, además de discutir con su enamorado, contó al personal del alojamiento que no tenía dinero y que, al parecer, quería saber dónde compraban oro. También intentó vender su computadora portátil, algo que tampoco consiguió.

Lo extraño fue que, a pesar del mal momento en la pareja, después de unos minutos Miguel Ángel entró y reservó una habitación para los dos: la B3. No la pagó y aunque dijo que luego lo haría se retiró a las 18:00 sin dar explicaciones.

Pero nadie sospechó, porque en su primera estadía el joven no dio problemas. Al siguiente día se descubrió la verdad: Juana María estaba muerta.

Le echó la culpa a un ‘gringo’

Las investigaciones apuntaron de inmediato a Miguel Ángel, porque según los testigos fue la última persona que tuvo contacto con Juana María. Sin embargo, se desconocía su paradero, porque “resulta que no tenía un domicilio fijo, andaba de un lado a otro”, explica el fiscal Peña.

Lo único que mantenía eran sus redes sociales. “Probablemente estaba confiado, no sabía que conocíamos la verdadera causa de muerte. Por eso, a través de su misma cuenta de Facebook promocionaba el celular y la laptop de la víctima. Así llegamos a él y logramos su detención, aunque obviamente negó todo lo que podía relacionarlo”, añade el funcionario.

En consecuencia, el individuo fue procesado por femicidio y, en su versión, alegó que entre él y la mujer “no hubo nada de peleas, nada de discusión”. También sostuvo que la computadora que pretendía vender la había obtenido en un trabajo que hizo.

“Él ha dicho varias cosas que son contradictorias, incluso de su vida personal, porque aseguró que por hacer publicaciones en una red social ganaba cuatro mil dólares mensuales, pero claramente establecimos que no es así (...). Después quiso también responsabilizar a un estadounidense, a quien supuestamente había conocido la mujer, pero no hay nada que sostenga esa versión”, concluye el fiscal.