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Guayaquil
Moradores de Sauces 6 exigen al Municipio de Guayaquil el cumplimiento de promesas
Los residentes de los bloques están cansados de esperar la regeneración de su sector. Llevan 35 años esperando que arreglen las calles y veredas.
No recuerda si alguna vez las calles de su sector fueron regeneradas. De hecho, se atreve a decir -sin temor a equivocarse- que durante más de 35 años ninguna maquinaria ha ejecutado trabajos para mejorar esta zona donde están ubicados los 19 bloques de Sauces 6, norte de la ciudad.
Lo dice Jorge Cuesta, presidente del Consejo Barrial de este sector, quien habita allí desde hace más de tres décadas, casi el mismo tiempo que el vecindario ha rogado al Municipio que mejore el entorno de esta zona donde habitan 30.000 personas distribuidas en 488 departamentos. Los trabajos han sido prometidos en la última década por los alcaldes de turno, quienes tampoco han cumplido con sus ofrecimientos.
“La regeneración integral no ha llegado al barrio. Las autoridades municipales se han burlado de nosotros y se han olvidado de este sector, pese a los pedidos insistentes que hemos realizado”, manifiesta Cuesta.
Por estas calles debe caminar a diario Gina de Galárraga. A veces lo hace sola y otras empujando el cochecito donde va su nieta de 10 meses.
A paso lento transita esquivando los baches. Cuenta con enfado que se expone al peligro de caer y hacerse daño, como ya les ha ocurrido a otros vecinos.
“Las calles, aceras y veredas no han sido regeneradas desde hace varios años. No me acuerdo cuántos. De lo que sí estoy segura es que siempre se presentan accidentes de personas que resbalan y se caen por el mal estado de estos sitios”, recalca, al indicar que espera que la promesa de las autoridades municipales de regenerar la zona se cumpla pronto.
Y no es la única que anhela el mejoramiento de las calles se lleve a cabo.
Gina Manjarrez Ulloa, quien es vicepresidenta del Consejo Barrial y habita hace 34 años en la zona, menciona que los tramos de las peatonales son los más descuidados. “Por aquí circulan motos y carros sin tomar en cuenta la presencia de niños o ancianos. El paso de los vehículos ha acelerado el deterioro de las calles”, enfatiza.
Para detener en algo el tránsito de estas unidades los vecinos han tenido que colocar piedras, simulando muros de contención. “Pero esto no ha sido de mucha ayuda. Los carros la siguen invadiendo”.
Cerca de las peatonales está la avenida Gabriel Roldós Garcés, en donde se ubica un parque que se ha convertido en el lugar perfecto para consumidores de drogas.
“La policía ronda el sector, pero esto no es suficiente para devolver la tranquilidad de quienes allí residen”, enfatizan los residentes, al recomendar que “el patrullaje debe ser constante para evitar que el consumo de drogas y la presencia de chamberos y mendigos en las áreas verdes siga robándonos la calma”.
Pura ‘lámpara’
En 2019 el Cabildo presentó al Consejo Barrial una propuesta para la reparación del área verde. “Trajeron una maqueta en donde se podía observa que el sitio tendría maquinarias para adultos mayores, un área social y juegos infantiles modernos. Han pasado tres años de aquello y tampoco se ha cumplido esa promesa”, recordó Mirian Reina Moreira, presidenta de la directiva.
Frente a esta situación, EXTRA consultó al Cabildo qué pasó con esa promesa y por qué razón en más de tres décadas las obras no han llegado, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.
Vecinos cochinos
A los problemas, sin embargo, se suman otros ligados a la insalubridad originada, en parte, por la falta de cooperación de los propios moradores.
“Hay basura acumulada por todos lados. Hay vecinos que sacan los desechos de sus departamentos cuando el carro recolector ya ha pasado. Pero también hay gente que viene de otros lados a dejar los desperdicios en las esquinas de las calles”, acota otro habitante.
Adelaida Galarza ha puesto su departamento en venta porque está cansada de vivir en medio de cerros de basura que provocan malos olores y se convierten en foco de contaminación para la comunidad.
“El servicio de recolección de desechos llega con normalidad, pero se requiere también de la colaboración de algunos moradores que sacan su basura fuera del horario fijado lo que incide en la imagen de la ciudadela”, recalca.