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Luego de la reapertura de la UPC, los moradores del barrio de la calle 18 vuelven a sentir seguridad al utilizar los espacios públicos de la zona.CARLOS KLINGER/EXTRA

Guayaquil: UPC de 'La 18' reabre con la ayuda de los vecinos

Pasaron nueve meses para que la Unidad de Policía Comunitaria del sector vuelva a ser ocupada por agentes. El barrio está más tranquilo.

La Unidad de Policía Comunitaria (UPC) de la calle Salinas, más conocida como ‘la 18’, en el suroeste de Guayaquil, volvió a funcionar luego de nueve meses de haber sido clausurada.

La reapertura, el martes 22 de agosto, se logró a través de la colaboración de vecinos y sobre todo de los dueños de los comercios del barrio de tolerancia, donde funcionan decenas de negocios de venta de licores y también ofrecen sus servicios cientos de trabajadoras sexuales.

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El edificio fue abandonado tras la ola de violencia ocurrida en noviembre pasado, cuando grupos delictivos atentaron contra algunos destacamentos policiales.

El coronel Carlos Peñafiel, jefe del distrito Portete, explicó que tras la reinauguración de la UPC se ha designado personal para mantener vigilancia todo el día, pues es un sector que necesita control permanente debido a sus actividades.

“Antes se enviaba a un servidor policial, ahora hemos designado tres turnos con dos policías que se mantienen todo el tiempo. Así esperamos brindar un mejor servicio de auxilio a la comunidad”, destacó.

Peñafiel explicó que el sitio se encontraba inhabitable, con claras muestras de abandono y que no presentaba las condiciones para que los agentes puedan permanecer allí con comodidad y seguridad. Ahora, los policías tienen habilitados hasta dormitorios donde pueden descansar durante sus jornadas.

“ES UNA BENDICIÓN”

Personal policial lleva a cabo patrullajes preventivos tanto a pie como en motocicleta.Carlos Klínger/EXTRA

Brenda Rentería, líder comunitaria que colaboró activamente en el proceso de adecentamiento

de la infraestructura, contó que les tomó aproximadamente tres meses de trabajo conjunto dejar el edificio listo.

“Fue en una inspección de la Intendencia que pudimos conversar con el jefe del distrito (Portete) para ofrecer nuestra ayuda, con el compromiso de que los patrullajes y la presencia policial sea permanente”, manifestó.

Uno de los trabajos fue pintar el edificio, pues estaba deteriorado. También repararon las baterías sanitarias, hubo una minga al interior del lugar, cambiaron cerraduras y adecuaron el mobiliario dañado.

“Quisimos reparar los acondicionadores de aire, pero el técnico nos informó que estaban inservibles porque los circuitos habían sido robados y que reponerlos salía más caro que comprar unos nuevos. Por eso hicimos un esfuerzo para conseguir ventiladores para que los policías puedan estar cómodos”, añadió.

Los vecinos están complacidos con la reapertura de la UPC, pues ya se evidencia una mejora en la seguridad. “Es una bendición que hayan regresado. Se nota el cambio en la seguridad, sobre todo en la madrugada, que es peligrosa porque vienen personas de otro lado. Gracias a Dios ahora están activos”, expresó Mary Peralta, dueña de una despensa.

Los trabajadores de los bares también resaltaron el retorno de los patrullajes, pues a la hora que salen de ‘camellar’ (20:00) la zona es oscura y pueden asaltarlos. “El carro tenía que venir a verme al pie del ‘chongo’, porque era imposible salir caminando sin peligro de que me robaran o algo peor. Ahora con los policías rondando se ven menos caras sospechosas”, afirmó una sexoservidora.

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