A Diana Quijije y a Viviana Muñoz las embarga una pena similar. A la primera le secuestraron y dispararon a la menor de sus cinco hijos, y a la segunda, al mayor de sus nietos. Los dos casos ocurrieron en el mismo sector de Guayaquil: la cooperativa Balerio Estacio, perteneciente al distrito Nueva Prosperina.

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Sin embargo, este no es el único hecho que angustia a estas dos mujeres guayaquileñas, pues dos de sus parientes, quienes también fueron raptados, aún están desaparecidos.

La tarde del miércoles 20 de marzo, Tania Nicole Calderón Quijije, de 21 años, y su cuñada, de 14, salieron de sus casas hacia una tienda del sector. En ese instante fueron interceptadas por individuos que llegaron a bordo de una tricimoto, quienes tras golpearlas las embarcaron y se las llevaron.

Un día después, la tarde del jueves, Tania apareció sin vida en el conducto de agua conocido como “canal de la muerte” en el noroeste de la ciudad. Presentaba tres tiros, uno en la cabeza y dos en la espalda.

Diana sostiene que el asesinato de su hija se trató de un robo, ya que la policía no encontró su celular, ni sus pertenencias, cuando realizó el levantamiento del cadáver.

“Mi hija era madre soltera, tenía tres niños, uno de 3 años, otro de 2 y el más pequeñito que tiene 10 meses. Ella era el sustento de mi casa, era quien trabajaba, mientras yo la ayudaba con el cuidado de los niños. Ahora no tengo ni para sepultarla”, contó llorando, mientras en los exteriores de Criminalística, junto a la madre de la adolescente que aún está secuestrada, se informaba para conocer cuáles son los trámites que debe hacer para retirar el cuerpo de Tania.

Dos días después de la desaparición de estas dos mujeres, tres sujetos armados y también a bordo de un tricimoto llegaron hasta la manzana 2212 de la mencionada cooperativa, se metieron en un inmueble y se llevaron a un adolescente, de 17 años, y a su tío político, Darlin Franco Otero, de 23.

Sus parientes dicen que los criminales abrieron la puerta del cerramiento, que es de caña, luego a golpes dañaron la puerta de la vivienda de dos plantas, en donde ellos residían, y que tras amedrentarlos con armas de fuego se los llevaron.

“No les importó que había niños, los hermanos de mi nieto asesinado y quienes están a mi cuidado, para apuntarnos a todos. A mí me insultaron. Mi yerno se fue de palabras con estos criminales, entonces estos tipos le pusieron el arma en la cabeza y también se lo llevaron”, recordó aún asustada la abuela del joven asesinado.

El chico fue arrastrado más de 400 metros y en la esquina, antes de bajar una loma de esta zona de la ciudad, le pegaron un tiro en la cabeza, mientras que su familiar fue embarcado en una tricimoto.

Por datos proporcionados por la Policía, este Diario conoció que de acuerdo con información de familiares y amigos de las víctimas, en este sector la organización terrorista Los Tiguerones recluta a personas de la zona para que sean parte de su banda delictiva y se dediquen al expendio de droga y otros delitos como extorsiones y secuestros, con los que aterran a la ciudadanía y obtienen dinero de manera ilegal. (AEB)