En tan solo 15 minutos, dos delincuentes pudieron haber hecho su ‘viernes negro’ en el norte de Guayaquil. En un intento de robo, sucedido en Plaza Quil, en la avenida Carlos Luis Plaza Dañín, dos sujetos ingresaron con maletas de viaje para llevarse la mercadería de un local de venta de celulares y accesorios de tecnología en la mañana del martes 21 de noviembre.

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Los hombres, que usaban gorras y mascarillas, sorprendieron a los dos trabajadores del establecimiento. Ellos, al notar la presencia de dos sospechosos se acercaron inmediatamente a la puerta y, a pesar de que intentaron detenerlos, no lo lograron ya que fueron apuntados con un arma de fuego.

Simultáneamente, personas que se encontraban en el local contiguo se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo y dieron aviso al personal de seguridad de la plaza comercial.

Por otra parte, los colaboradores fueron llevados hasta el altillo, donde se ubica una oficina en la que se lleva a cabo los servicios de reparación de celulares y computadoras portátiles, para amarrarlos con abrazaderas de plástico mientras los 'pillos' tomaban lo que podían.

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Sin embargo, luego de la alerta, dos guardias de seguridad armados los esperaron en los exteriores del establecimiento y los interceptaron cuando salían con las dos maletas llenas. En la huida hubo intercambio de balas entre los delincuentes y los celadores. No obstante, no se registra ningún herido.

Los delincuentes corrieron hacia la salida, en dirección de la avenida Plaza Dañín, y en el camino abandonaron una de las mochilas. Poco después, la otra fue dejada al pie de un paso peatonal ubicado fuera de la plaza.

Según testigos, ellos habrían huido en una motocicleta que aguardaba por ellos.

El propietario, por su parte, lamenta lo sucedido y teme porque esta sería una época de alta demanda. “Si se llevaban todo, perdía unos 30 o 40 mil dólares. Ahora estoy haciendo inventario porque han guardado teléfonos en unos canguros”, afirmó.

Además, el personal que labora allí relató que habrían sido golpeados por los sujetos y que les hicieron acostarse en el suelo mientras tomaban, incluso, un microscopio que sirve para el servicio técnico. "Eso cuesta unos 900 dólares", dijeron.

El dueño solicita que a la plaza comercial se le brinde seguridad policial, como en un centro comercial cercano ya que se acerca las festividades y los delincuentes aprovecharían para cometer delitos. "Con que pongan a dos motorizados, uno en la entrada y otro en la salida, es suficiente", finalizó.

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