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Flor y Denisse, tía y hermana de Peggi, brindan consuelo a Blanca, su madre, quien sostiene un portarretrato con su foto.Christian_Vasconez

Guayaquil: Femicidios 'disfrazados'

Los surcos en el cuello determinaron que a Peggi Orrala la estrangularon. El principal sospechoso es su conviviente. Expertos forenses dan pautas para diferenciar un suicidio de un asesinato

Cuando Denisse Orrala vio el cadáver de su hermana Peggi Lorena, de 44 años, tendido sobre una cama, sin ropa y en estado de rigidez, se resistió a creer que se había suicidado.

El examen del médico forense determinó que la estrangularon y que no se ahorcó, como intentó hacerle creer a los familiares Iter Hurtado Casillas, su conviviente, el trágico 4 de diciembre, en el suroeste de Guayaquil.

En 2021, 10 mujeres fueron estranguladas en Ecuador. Guayas es la provincia donde se han registrado más víctimas por este hecho (ver la infografía).

Flor Cedeño, tía de Peggi, recuerda que aquel día, Iter les aseguró que al entrar al dormitorio de la casa de sus abuelos situada en callejón García Goyena y calle 14, encontró a su pareja colgada de una viga y con una hamaca alrededor del cuello.

“Dijo que la bajó para tratar de reanimarla. Luego salió supuestamente a buscar una ambulancia y no regresó más. Desde que la vimos tendida en la cama nos dimos cuenta de que la habían matado. Desafortunadamente en ese momento nos hicieron creer que se había suicidado y él tuvo tiempo para huir”, lamenta Flor.

197 muertes violentas de mujeres, incluidos 8 transfemicidios y 67 por delincuencia organizada ocurrieron en 2021.

Blanca Cedeño guarda la esperanza de que el presunto responsable de la muerte de la segunda de sus tres hijos sea detenido. “Él la mató, la estranguló y está libre, incluso nos ha amenazado. La noche anterior a su muerte se la llevó a la fuerza. Mi hija pidió auxilio, pero nadie la ayudó. Pedimos justicia y que el asesinato no quede en la impunidad”, clama.

El pasado 4 de diciembre fue hallado el cadáver de Peggi Lorena Orrala Cedeño.JUAN FAUSTOS SANDOVAL

¿Cómo diferenciar en primera instancia que una persona no se ahorcó y que se trató de un estrangulamiento?, ¿cuáles son las características del surco de un suicidio y el de una persona asesinada con las manos?, ¿debería acudir un médico forense cuando se conoce de la muerte de una mujer por ahorcadura y de esta manera evitar que el posible homicida huya?

El médico legista Jorge Salvatierra Cantos y el psicólogo clínico forense Segundo Romero Silva hacen un análisis y explican cuáles son las características que deben tomarse en cuenta en la escena donde se ha encontrado a una mujer muerta.

“En una muerte por ahorcadura siempre el aparato constrictor (soga, cuerda, cable) va a estar al alrededor del cuello y este al elevarse hace que quede una huella oblicua, ascendente, muchas veces incompleta por el sentido donde está el nudo”, indica Salvatierra, médico perito del Laboratorio de Criminalística y Ciencias Forenses de Guayaquil.

El estrangulamiento se puede cometer de dos formas, una con las manos y otra con un material como cable o correa, y su característica es que el surco está en el centro de la región cervical (ver gráfico).

En un colegio
Segundo Romero, psicólogo forense, recuerda que hace 15 años vio un caso similar con una adolescente. Intentaron hacer pasar su muerte como suicidio, pero había sido víctima de violencia sexual.

“El estrangulamiento tiene otras características, es completo y en el examen interno del cuello se encuentra fractura del hueso hioides y de los laríngeos”, sostiene el experto.

Cuando se dan casos como estos, Romero dice que los policías y el fiscal, en primera instancia, asumen que se trata de un suicidio, pero deberían acudir otros profesionales, por ejemplo, los psicólogos forenses, quienes estudian las huellas psicológicas en la escena del delito y que no están a simple vista.

Explica que las huellas psíquicas como la conducta emocional en la escena, el lugar de las heridas en el cadáver y el sitio del hecho denotan si hubo peleas. Y que es importante tanto un análisis completo de la víctima como del posible victimario.

“Estas pericias se las puede hacer en el momento del delito o posterior al hecho. Es un aprendizaje vicario y muchos de los agresores han aprendido lo que ven en la televisión, por ejemplo, alterar las escenas y eso le da la oportunidad al victimario de huir y no ser atrapado. Lamentablemente, la parte judicial es lenta en este tipo de investigaciones y esto se convierte en algo tortuoso para los familiares”, señala Romero.

Los médicos forenses trabajamos sobre un cuerpo inerte. Por el surco nos damos cuenta si es una ahorcadura o estrangulación”.Jorge
Salvatierra
médico forense

De ahí la importancia de que, cuando existan dudas de un suicidio, el fiscal pueda apoyarse del conocimiento de un psicólogo forense. “Eso le va a ayudar a determinar las motivaciones del femicida o del criminal y también de las víctimas. El psicólogo ayuda a detectar ciertas huellas que no ve la Policía y que solo las percibe el personal especializado. Esta podría ser la prueba más importante que tiene el fiscal”, precisa Romero.

Salvatierra aclara que el médico forense no tipifica el delito (determina) y que es la investigación, a través de los entes especializados de la Policía y la Fiscalía, la que concluye si se trató de un asesinato o de un suicidio.

Es importante utilizar otras herramientas como la autopsia psicológica cuando hay dudas en la muerte de una mujer”.Segundo Romero
psicólogo forense

Romero recuerda que hace más de 15 años se reportó la muerte de una adolescente por ahorcadura; sin embargo, las pericias y el surco en el cuello durante la autopsia determinaron que se trató de un suicidio. “Era una estudiante de colegio. La hallaron muerta en el baño, también fue víctima de violencia sexual, quisieron hacerlo pasar como suicidio”.

Denunciar para abrir investigación

Yoli Pinillo, coordinadora de las Fiscalías Especializadas en Violencia de Género de la Fiscalía del Guayas, sostiene que cuando se comprueba que una persona ha sido estrangulada lo primero que debe hacer la familia es denunciar, para que la Fiscalía abra una investigación y dar con el responsable.

“Si se comprobó mediante un examen forense de que se vulneró el derecho a la vida, el familiar debe acudir a una entidad judicial. A la Fiscalía le toca investigar si podría ser un asesinato o un femicidio”, indica.

Los dos delitos están tipificados en artículos diferentes del Código Orgánico Integral Penal (COIP). El asesinato está en el 140 y el femicidio, en el 141, pero ambos establecen una pena privativa de libertad de 22 a 26 años, aunque de encontrarse agravantes la pena podría ser hasta 34 y ocho meses.