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Guayaquil: El 'Chino' es el manguero oficial del Clemente Yerovi
El comerciante lleva más de 15 años vendiendo granizados, mangos, grosellas y ciruelas. Con este ‘camello’ levantó su casa y educó a sus cuatro hijos
Cuando las puertas de la Unidad Educativa Fiscal Clemente Yerovi se abren y los estudiantes ingresan o salen, Sixto Ponce se convierte en un ‘rockstar’ (estrella de rock). Todos lo buscan. Todos se aglomeran alrededor de su negocio de venta de granizados, mangos, grosellas y ciruelas.
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“¿Qué tal, Chinito? ¿Cómo van las ventas?”, “¡Chino, te van a hacer famoso!”, “¿cómo está, Chino? Deme un mango, por favor”, así saludan los alumnos, padres y vecinos de Sauces 2 al comerciante de 58 años, quien lleva 42 laborando como vendedor ambulante .Hace 15 años, el Chino es el ‘manguero oficial’ del Yerovi. Han sido varias las generaciones de estudiantes las que ha visto llegar e irse como bachilleres.
“Me pusieron Chino porque al principio vendía mango chino. Aquí llevo tantos años que he visto exestudiantes que luego llegan con sus hijos pequeños, me saludan y me dicen que se los cuide”, comentó acerca de sus orígenes como comerciante en esta zona. Recordó que antes de vender mango y raspados era albañil, pero era un trabajo pesado que no dejaba suficientes ingresos. Por eso se volvió comerciante ambulante, vendiendo refrescos y pasteles, hasta que logró invertir en un triciclo y empezó con la actividad que mantiene hasta ahora.
Con este trabajo ha sustentado a sus cuatro hijos —ya todos adultos—, a su esposa y compró la casa en la que vive con ellos. Enumera orgulloso lo que ha logrado a base de su esfuerzo, pues su trabajo es una actividad que requiere de muchas horas de sacrificio. “Mi día empieza temprano, salgo de mi casa en Mapasingue (noroeste) y voy al mercado a comprar los mangos, por lo general para dos días para no ir a diario. Luego voy a Brisas del Río (también al norte) donde guardo el triciclo y de ahí salgo pedaleando hasta acá (el colegio, en Sauces 2). Llego antes de las once y me voy pasadas las seis de la tarde”. Incluso los jugos y saborizantes de los granizados los prepara él mismo en el garaje de su casa, añadió.
El ‘engreído’ del colegio
El Chino también es conocido por los directivos del colegio, quienes tienen un trato preferencial con él; así, por ejemplo, Sixto es el único comerciante que tiene permitido instalarse junto a la puerta e incluso tiene una escotilla por la cual los estudiantes le hacen sus pedidos durante los recreos. Alicia Banchón tiene 18 años y hace tres meses se graduó de bachiller en este colegio. Ella recuerda que cuando llegó a la institución hace más de diez años, todos lo conocían y él siempre ha mantenido el trato amable y cariñoso con los estudiantes.
“Es una persona especial para toda la familia clementina, no solo los estudiantes, sino también para los padres y profesores”, resaltó Tania Falque, una madre de familia que también lo conoce, pues sus dos hijos se graduaron en este colegio. Ella lo considera un “gran ser humano”.
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