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Guayaquil: La calle 17 se convirtió en el ¡ring del 'cuerpeo'!
Una pelea en esa zona del suburbio se hizo viral. La golpiza involucra a trabajadoras sexuales, según la Policía. El problema es recurrente
Se pelean por la esquina, por sus clientes, por el ‘punto’. Defienden ‘su territorio’, las veredas de una calle que de ser pública ahora está en poder de las trabajadoras sexuales y de sus chulos. Así de simple es lo que se vive en la 17, en el suburbio de Guayaquil.
Un nuevo ‘pito’ entre sexoservidoras dejó en evidencia las consecuencias de que en el sector se ejerza la prostitución de manera ilegal.
El incidente, que se volvió ‘comidilla’ en las redes sociales, ocurrió el lunes, cerca de las 17:00. Fue específicamente en la 17 y Maldonado, ante la vista de muchos curiosos quienes filmaron lo ocurrido.
En una de las grabaciones se observa discutir a dos mujeres. Una de ellas, de vestido negro, increpa a la otra diciéndole: “¡Tú la paraste aquí!”. La otra, de blusa blanca y short negro, le responde furiosa: “Yo no la paré ni v...”.
Luego del griterío, ‘¡manitas pa’ qué te tengo! Se ‘armó’ el puñete. En el piso se golpearon, se patearon y se halaron el cabello. A los 15 segundos de la gresca, dos policías y ciudadanos que en ese rato estaban en la zona, intervinieron tratando de calmarlas, pero ellas siguieron agrediéndose.
Después de más de un minuto del relajo, por fin lograron separarlas. En otro video se ve que a una de ellas la suben a una patrulla policial tras haber culminado todo el alboroto.
EL MISMO ‘CUENTO’
Julián, quien labora como vendedor en un local comercial aledaño a esa esquina, refiere que no es la primera vez que el ofrecimiento del ‘canchis canchis’ por billete por allí ha hecho que estas escenas se vuelvan recurrentes.
Argumenta que este tipo de situaciones no solo incomodan a quienes viven en esa calle, sino que también repercuten en las ventas de los negocios.
“Ellas (las sexoservidoras) cuando vienen atraen delincuencia. Nos espantan más que todo a la clientela porque los usuarios tienen miedo de comprar”, explica.
Un trabajador de un almacén de repuestos de vehículos, agrega que, si bien no faltan los ‘mirones’ cuando suceden estos hechos, él y otros empleados de locales prefieren no meterse ni andar ‘sapeando’ demasiado para evitar problemas.
Adoptan esta actitud porque suelen ver a personas con un comportamiento intimidante y extraño cerca de las chicas.
El capitán de policía Robert Yaselga, jefe del circuito Salinas, indica que el problema del lunes surgió porque a esa intersección llegó una de las ciudadanas, “que no fue del agrado de la otra participante”, iniciando así la golpiza.
Ante esa alerta, los uniformados llegaron a poner el orden. Además, retuvieron a las implicadas. Sin embargo, ninguna quiso denunciar la agresión, razón por la cual tuvieron que ser liberadas.
“La denuncia es un requisito fundamental para que la autoridad (judicial) pueda actuar para iniciar alguna investigación”, dijo Yaselga.
Agregó que una de ellas fue violenta con uno de los policías que acudieron al sitio. Forcejeó con él. Posteriormente pidió disculpas al agente, quien dejó pasar ese comportamiento.
El capitán añade que mantienen diálogos con las trabajadoras sexuales para que abandonen la 17, pero algunas son renuentes a eso.