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Guayaquil, base de coyotes a Estados Unidos
Un hostal cercano al aeropuerto José Joaquín de Olmedo es el punto de encuentro donde llegan migrantes irregulares. Ahí les dan charlas y asesorías sobre cómo será el viaje a Estados Unidos.
Margarita Dota aún conserva los cuatro tiques de avión de su hijo Alejandro Malla. En ellos hay una pequeña marca de una lágrima que destiñó la tinta plasmada en la hoja.
El sueño de su retoño, que era llegar a Estados Unidos, fue frustrado en septiembre de 2022 cuando una banda mexicana lo habría secuestrado a él y otros seis ecuatorianos en Ciudad Juárez.
Malla tardó un mes exacto para llegar hasta México. Su travesía inició en agosto 6 de 2022, cuando partió de los brazos de su madre en el cantón azuayo de Santa Isabel y arribó a Guayaquil. Esa noche, en un hostal cercano al aeropuerto, del cual EXTRA tiene su ubicación, se reunió con Jonathan Morocho y otros migrantes.
En ese lugar, al parecer, unos ‘instructores’ les dieron unas charlas a los jóvenes, todos menores de 25 años, para explicarles la ruta, los pormenores del trayecto y lo que debían decir o cómo actuar en caso de que las autoridades pidieran alguna explicación.
Al día siguiente partieron desde el aeropuerto José Joaquín de Olmedo hasta El Salvador. Ese fue el único tique que utilizaron, pese a que el trayecto continuaba de El Salvador hacia Nicaragua y, el 14 de agosto, empezaba el retorno a Ecuador, el cual nunca se dio.
Los migrantes, estando en El Salvador, continuaron su ruta por tierra hasta Guatemala.
El trayecto habría sido coordinado por una de las coyotes identificadas como Rouss, quien residiría, aparentemente, en Guayaquil.
La mujer cobró a Margarita Dota y a Rosa Benítez (madre de Jonathan Morocho) cerca de $ 16.500, además de reiterativos pagos extorsivos desde el secuestro de sus hijos.
Estos cobros iban desde los $ 1.000 hasta los $ 3.000. Rouss, la encargada de exigir el dinero, aseguraba que sin este no podrían hablar con sus hijos o el peligro de muerte por la presunta banda mexicana Los Zetas, que los tendrían retenidos en Ciudad Juárez.
Las familias de los jóvenes, quienes migraron para intentar tener un mejor futuro y ayudar a sus familias, piden que las autoridades ecuatorianas, mexicanas y estadounidenses ayuden a encontrar a sus seres queridos, dado que hasta el momento ninguna entidad habría investigado el caso.
Endeudadas y sin saber dónde están sus hijos
En total, el dinero que han pagado las familias para intentar recuperar a sus hijos supera los $ 16.500. Pese al gran esfuerzo realizado, todavía no han sido liberados.
Ante la situación, Margarita Dota y Rosa Benítez han tenido que pedir prestado dinero para poder ver de nuevo a sus seres amados.
Dota incluso hipotecó su casa para intentar la liberación de su hijo, pero no ha sido posible hasta ahora.