Tras la satisfacción de instalar un techado para el negocio que hace aproximadamente un mes emprendió, el agente Joao Steeven Rendón García, de 28 años, se reunió con unos amigos para dialogar dentro del local que alquilaba, en las calles 35 y San Martín, del suroeste de Guayaquil.

El gendarme tenía una licorera, pero no era él quien atendía, sino otra persona que hacía las veces de administrador. Y fue él quien informó a los investigadores que un sujeto, quien había llegado en una moto con un compinche, atacó a tiros al gendarme y ‘estrenó’ con plomo el lugar, cerca de las 20:00 del jueves 17 de febrero.

El policía, quien se encontraba en goce de sus vacaciones, recibió cuatro impactos de bala: dos en el hombro izquierdo y dos en el tórax. Estos últimos habrían ocasionado lesiones severas y por eso la víctima estaba en condiciones de salud críticas, según un reporte preliminar del caso.

En la actualidad, el perjudicado está asignado a cumplir sus funciones en el Servicio Penitenciario que da asistencia a la cárcel de Turi, en Cuenca, Azuay. La Policía buscaba establecer si el atentado tenía relación con sus labores o con algún otro motivo.

Oficialmente, hasta el cierre de esta edición, la institución no hizo un pronunciamiento por lo ocurrido. Tampoco por la aprehensión de dos sujetos, entre ellos un quinceañero, en un sector cercano al lugar de los hechos.

No obstante, una fuente policial reveló que de los dos sujetos uno podría tener relación con el hecho violento, porque en su teléfono celular habrían encontrado mensajes que confirmaban su participación y que, incluso, no pudo concretar la muerte porque el arma se le “encasquilló”.

El tipo, quien es mayor de edad, registra tres detenciones: dos por tenencia ilegal de armas y otra por posesión de droga.