El fuego cruzado entre el Gobierno y manifestantes ha dejado mal parados a los ecuatorianos. Más de medio mes ‘paralizados’ y aún no se avizora una solución, porque el ‘tira y afloja’ del presidente Guillermo Lasso y del líder indígena Leonidas Iza viene cargado de condiciones que no han dado luz verde a un acuerdo.

Por un lado, Lasso ha cedido a las peticiones de Iza, como por ejemplo, abrirle la puerta de la Casa de la Cultura al movimiento indígena o derogar el estado de excepción. Pero con ‘detallitos’, como el intento de desalojo del ágora con gas lacrimógeno o con la advertencia de que si vuelve el relajo anunciaría otro decreto.

Eso pone en tensión a los protestantes, quienes –en muchos casos– no se han cansado de instaurar el temor. Ayer en la mañana, algunos ponchaban llantas en la capital. Y otros, más avezados, colgaron cabezas de vacas en el puente de Oyacoto. ¿Existe un mensaje de terror detrás de esta escena? No solo eso. Sectores como Carapungo, El Condado y Gualo amanecieron cercados por protestantes.

Parece que a los manifestantes poco les importa lo que Lasso ha hecho para buscar una solución. Hasta ahora, según Julio José Prado, ministro de Producción, el Gobierno ha oficializado medidas como el aumento del bono, el subsidio del fertilizante urea y otros insumos, nuevos créditos al 1 y 5 %, condonación de deudas. Y, además, la disminución de 0,10 centavos a la gasolina y el diésel.

Este último punto ha generado debate en redes. Desde hoy, los precios de la Extra y Ecopaís bajarán de 2,55 dólares a 2,45 por galón y el diésel de 1,90 dólares a 1,80. ¿Esto representa un cambio en la economía?

Para Cristian Fabara, ingeniero en sistemas, esta medida no ayuda a una familia como la suya porque “si antes, por 10 galones pagaba 25,50 dólares, ahora sería un dólar menos, y eso no alcanza para un litro de leche”, añadió.

Sin embargo, el economista Larry Yumibanda y presidente del Círculo de Economía de Guayaquil, indicó que la disminución del combustible sí beneficia a quienes tanquean su vehículo a diario y a los microempresarios. “Ayuda a mitigar en algo el incremento de los precios de artículos de primera necesidad porque hay que bajar el costo del transporte”.

Para Paola Montaño, asistente de construcción, esto sería de gran ayuda para solventar los gastos de su familia. La mujer dijo que antes con 40 dólares hacía las compras para la semana. Ahora le alcanza para dos días. “La cubeta de huevos me vendieron en siete dólares”.

Yumibanda precisó que el paquete de medidas que ha oficializado el Ejecutivo está debidamente financiado por los ingresos que recibe el Estado. Añadió que el Gobierno no puede ceder a más medidas porque económicamente sería insostenible.

“Se gastaría más de lo que se recibe. Por ende, entraríamos en una reforma tributaria”.

Desde la otra parte

La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) rechazó la medida de la reducción de 10 centavos del combustible al considerarla como “insuficiente e insensible... ya que no se compadece de la situación de pobreza que afrontan millones de familias ecuatorianas”.

Ante esto, informaron que realizarán una evaluación colectiva con las bases para definir el camino a seguir. Por lo pronto, Iza indicó que desde ayer realizarán relevos de los manifestantes que permanecen en la capital con otros que llegaron de otras provincias y aclaró que el paro nacional continúa.

A las 12:15, de ayer, la Conaie inició una marcha desde el parque de El Arbolito hacia el Centro Histórico de Quito. Específicamente a la Basílica, donde se reunieron los representantes de los cinco poderes del Estado con los líderes indígenas. Hasta el cierre de esta edición no se terminaba. Y el fuego cruzado continuaba...

Miedo e incertidumbre

La capital amaneció relativamente en paz. Sin embargo, se registraron cierres viales en el extremo norte de la ciudad, donde aparecieron las cabezas de vacas colgadas en el puente de Oyacoto. La Policía informó que se trataba de comuneros de la zona que no han podido distribuir su producto. Este se estaba pudriendo en los frigoríficos.

En algunos cierres como en Carapungo y en El Condado algunos manifestantes se pusieron belicosos y desinflaron las llantas de los vehículos que pretendían cruzar las barricadas.

Estos cierres provocaron que Jhoana Godoy perdiera su trabajo. Ayer le notificaron que no forma parte de la empresa por haber incumplido con los horarios laborables. 

La semana pasada, Godoy debía llegar a su oficina a La Mariana de Jesús desde Cutuglagua y tres días llegó tarde. Por eso la despidieron. Por si fuera poco, la mujer tiene problemas en sus pulmones luego de haber inhalado el humo de llantas quemadas.

Jorge Mora, abogado y analista político, mencionó que Guillermo Lasso y Leonidas Iza se han convertido en líderes caprichosos que han tenido una actitud “del más fuerte”.

Por un lado, según Mora, el primer mandatario sigue dando pasos equivocados, presionado por el paro y no por una agenda que pretenda resolver los conflictos. Por otro, “pareciera que Iza es el verdadero gobernante y eso no es lo correcto”.

Mora explicó que la sociedad civil debe llamar la atención de la Conaie para que sean más flexibles ante las medidas gubernamentales y al presidente para que asuma su rol de gobernante. “Nadie le ha dicho que ha gobernado bien y debe rectificar. Y la Conaie no tiene el derecho de exigir el cumplimiento de todas sus exigencias”.

El jurista explicó que mientras sigan jugando al ‘tira y afloja’ la mayoría de ecuatorianos siguen con miedo e incertidumbre. Sobre todo, cuando las protestas no tienen un fin y son ‘guiadas’ a ciegas.

Para Mora, la Conaie no da señales claras de tener intenciones del diálogo, sino de querer imponer sus condiciones. Y dijo que el presidente Lasso ha perdido el tiempo generando políticas que no han estado conectadas con la sensibilidad de las necesidades sociales.

Mora explicó que los próximos días serán una prueba de fuego para ambos líderes. Desde el Gobierno se debe demostrar que se mantienen las medidas, sin reprimir al pueblo, mientras que los protestantes deben tener una actitud razonable para exigir que se cumplan sus demandas. “Los dos actores deben demostrar que quieren una salida para el país. Manejarse en términos de una propuesta razonable, razonada y civilizada”.

Carlos Núñez es un comerciante de juguetes y comentó que en la última semana ha tenido pérdidas económicas de más de 500 dólares. Además, no ha podido abrir su negocio en horario normal porque sus trabajadoras no han podido llegar a tiempo.

A una de ellas, incluso, la robaron y por eso decidió cerrar su negocio. “Espero que pronto dialoguen para volver a la normalidad”, sentenció.