Un operativo ‘de película’ se ejecutó en un conjunto habitacional de El Conde, perteneciente a Turubamba, sur de Quito, para detener a un presunto criminal ‘pesado’.

Agentes de la Policía estaban ataviados con armas largas, equipo de protección y toda la indumentaria que requieren estas operaciones especiales. El blanco era Guillermo Fernando Robalino Cedeño, alias Trompudo Guillo, quien sería líder del grupo de sicarios de la banda criminal Los Pepes, según los investigadores.

Los agentes explicaron que este tipo estaría inmerso en una serie de casos que van desde la extorsión hasta sicariatos. Sin embargo, solamente está siendo procesado por tenencia de armas, ya que en su poder le encontraron una pistola con balas sin percutir.

Además, el Trompudo accedió al procedimiento abreviado por esto y en 20 días será juzgado. Posiblemente le dicten una sentencia menor o incluso hasta podría salir en libertad sin que se le imputen los “delitos graves” de los que habló la Policía tras la captura.

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La Judicatura tiene en su historial todo el prontuario de este delincuente cuya vida criminal salió a la luz en 2003, cuando fue detenido por un robo en Quito. Desde 2009, su bastión fue Portoviejo, donde la justicia lo ha procesado, en la mayoría de los casos, por robo y tenencia de armas.

Su última aprehensión fue dentro del centro de rehabilitación social del cantón Jipijapa, en Manabí, en 2022. Según la Judicatura, se lo procesó por intento de asesinato a un interno: quiso matarlo a palazos, pero fue sobreseído.

Desde entonces, se perdió del radar jurídico hasta su captura en la capital, durante este fin de semana. Junto a él también cayó su esposa.

Grupos terroristas

Pero, ¿por qué no se lo juzga por terrorismo? Daniel Noboa, presidente de Ecuador, enlistó a los grupos terroristas que hay en el país, entre ellos Los Lobos, desde enero de este año.

La Policía ha identificado que esta banda narco tiene como brazo armado a Los Pepes, quienes entraron en disputa con Los Choneros por el control territorial en Manabí.

Ante la duda, Kléber Carrión, jurisconsulto y experto en seguridad, explica que el hecho de pertenecer a un grupo terrorista no significa que una persona pueda ser procesada por ese delito. “Es muy difícil comprobar eso. Es decir, se tiene que investigar la participación directa de cualquier individuo en actos considerados terroristas”.

Según Carrión, en el caso del Trompudo Guillo, es lícito que se lo procese solamente por tenencia de armas. Pero no es ético que la justicia no indague para confirmar su responsabilidad en actos de terror.

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