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Los gatitos del Malecón, el encanto que llama la atención sin 'arañar' a nadie
La colonia de gatos del Malecón Simón Bolívar, de Guayaquil, tiene aproximadamente 15 años en el sitio. Los felinos se han vuelto un atractivo para los visitantes locales y extranjeros.
Quien no se ha topado con la colonia de palomas que está en toda la avenida 9 de Octubre, centro de Guayaquil, 'anidando' y colindando de forma permanente en la iglesia San Francisco; o con las iguanas del parque Seminario, se pierde de un atractivo de la urbe porteña, ya que estos animalitos le dan un 'color' llamativo a la Perla del Pacífico.
Pero no solo las iguanas y palomas son los animales que se pueden apreciar cuando uno 'turistea' por la ciudad, también hay varias colonias de gatos. Y específicamente hay una, por si no lo has notado, por el Palacio de Cristal, ese que está casi terminando el Malecón Simón Bolívar, en sentido sur.
Según Patricia de Valero, vicepresidenta de TEA (Fundación por el Trato Ético de los Animales) y encargada de los gatitos en cuestión, los 'michis' que ahora se pasean por el sector llegaron hace aproximadamente quince años. Y acorde al relato de la abogada, se instalaron en esa parte y ha convivido con ellos desde aquel entonces.
Conversando con la jurista, EXTRA pudo conocer más sobre este tipo de asentamientos felinos. Expuso que cuando los gatos llegan a un sitio es muy difícil sacarlos. ¿La razón? "Son del tipo territoriales", enfatizó. Y por este motivo, acotó, a los 'miaus' no se los puede retirar 'así por así', y aún más si estos tienen 'añales' en un lugar determinado.
"A los gatos que viven en el Malecón no se los puede retirar porque tienen más de 15 años allí. Al hacerlo, lo que puede ocurrir es que mueran de soledad, atropellados, o simplemente vuelvan porque son animales territoriales", comentó.
Por eso, la idea de darlos en adopción no es buena; al menos a los gatos 'veteranos'. Lo que sí es negociable es buscarle hogar a hijos de gatitas que llegan al lugar a parir, explicó Patricia de Valero, quien agregó que luego del proceso de adopción, les dan el debido seguimiento.
"Nosotros en TEA nos encargamos del mantenimiento de la colonia, haciendo que esta no crezca. Por el momento tenemos 20 gatos a los cuales les damos todas las atenciones médicas y alimenticias necesarias. Sí vemos por otros gatitos que llegan, pero la idea es que si están disponibles para la adopción, se ejecuta, pero cuando ya son grandes no se puede", expresó.
RECURSOS Y 'MANTENIMIENTO'
La Organización Mundial de la Salud (OMS) determina que la única razón para evitar la sobrepoblación animal es controlar a la colonias, y es lo que esta fundación hace diariamente. Patricia de Valero indicó que los recursos para este 'mantenimiento colonial' salen de sus propios bolsillos.
"Los recursos salen de los miembros de la fundación y de personas que apoyan la causa", dijo. Además, fue enfática en resaltar que es "muy difícil" que una persona particular pueda ocuparse -como lo hace ellos- de los 'cuatro patas'. Uno de los motivos, describió, es que la gente por lo general olvida el tema de vacunas, medicamentos y visitas al veterinario.
"Hace 15 días les dimos a los gatitos productos veterinarios para subir las defensas. Ellos nos recomendaron hacerles nebulizaciones a algunos. Incluso, a uno le dio cáncer y le practicaron quimioterapias; ya ahora está mejor. Pero esto, la mayoría de personas no lo va a hacer", sostuvo.
Y en temas de limpieza, la 'Mamá de los gatitos' contó que "son super limpios" porque, primero, se les da de comer dos veces al día -mañana y tarde- y se les recoge los platos. Segundo, los animalitos no hacen sus necesidades por doquier: ellos van a lugares específicos de hace más de diez años. "Todos están pendientes de los gatos. Ante cualquier anomalía los trabajadores me están comentando para tomar acciones de inmediato. Todo para que el lugar esté limpio".
La protectora animal indicó que esta iniciativa, de mantener a la colonia en el Malecón, es un atractivo para los visitantes o locales y que beneficia mucho al sitio al que no le piden un centavo, además que mantienen al lugar sin roedores, porque los gatos llaman la atención del público con sus 'mimos' y 'sobajeos' a los turistas.
"No sabría qué hacer si me quitan a mis gatitos. No quiero ni pensar en eso. Hay que seguir intentando renovar la mente de las personas en cuanto a protección animal, porque ellos son como nuestros hijos", concluye.