“En Navidad me doy un ‘chance’ para jugar Nintendo, pero también para pasar tiempo en familia. Lo más importante de estas fechas es reunirse con los seres queridos. Un día se pueden ir y lo único que quedaría sería una comunidad y un vicio”, comenta entre risas Joel Rueda, de 15 años, señalando a sus panas ‘gamers’.

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Mientras muchos decoran árboles y entonan villancicos, los apasionados de los videojuegos como Joel celebran a su manera: con maratones de juegos, eventos especiales y regalos tecnológicos como discos y consolas.

Joel, acostumbrado a las paredes violetas del centro de videojuegos y cartas Glitch (@Glitch_city.ec), en Urdesa, Guayaquil, disfruta pasar el tiempo con sus amigos en este lugar. Incluso admite que prefiere hacer los deberes en el colegio para tener más tiempo para jugar.

No obstante, esta Navidad es diferente para él. Hace un año, un conflicto familiar lo volvió “un poco más amargado”.

“Tuve un bajón porque alguien preciado se alejó por los regalos que pedía en Navidad. Antes, siempre pedía videojuegos en esta fecha”, confiesa con el rostro visiblemente afectado por el recuerdo. Por ello, este año su plan es jugar solo un poco de Super Smash Bros, su favorito, y dedicar el resto del tiempo a su familia.

Luis Montalvo, de 24 años, es otro visitante habitual de Glitch. Para esta Navidad, ‘camellará’ hasta mediodía y pasará la tarde ayudando con la cena familiar. “Cuando terminamos la reunión navideña, siempre saco al menos una hora para jugar un rato”, cuenta Luis, emocionado por los eventos navideños en línea, como las ediciones especiales de personajes en Fortnite.

Primera Navidad

Raúl Ramírez, dueño del local, comparte su entusiasmo por la Navidad, que le recuerda su niñez. Es por eso que habrá torneos con temáticas navideñas durante la mañana y tarde del 24 y 25 de diciembre, con el fin de que su comunidad ‘gamer’ pueda pasar un buen rato en Glitch, pues está emocionado al ser esta la primera Navidad del local, ya que abrieron apenas en mayo de este año.

“Esta Navidad la dividiré en un 33 % con mi familia, 33 % en el local con amigos y 33 % jugando videojuegos en casa”, prevé. Entre sus deseos, no faltan los juegos de Pokémon, One Piece y Yu-Gi-Oh!, títulos que también se pueden disfrutar en su negocio.

Un contraste

Más al norte de Guayaquil, Dustin Carpio vive una realidad distinta. Hijo de padres separados, no celebra la Navidad debido a sus creencias religiosas (que prefiere no especificar). Aun así, él y su hermano visitan a su padre, que sí la celebra, para cenar juntos.

“Después de la cena volvemos a casa y jugamos FIFA o Fortnite hasta que el cuerpo aguante, como cualquier otro día”, admite Dustin.

Desde el balcón de su hogar, en un tercer piso, se pueden ver las brillantes decoraciones navideñas de sus vecinos, incluido un imponente árbol metálico, mientras su casa permanece sin adornos. Pero este contraste no afecta su ánimo. “Para mí es cómodo estar dentro de mi casa jugando y haciendo lo que me gusta”, afirma con una leve sonrisa.

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