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La calle Panamá se ha convertido en un punto de encuentro de los guayaquileños.Miguel Canales

Fiestas julianas: La calle Panamá, un rincón para festejar a Guayaquil

45 locales se alojan a lo largo de esta arteria vial de Guayaquil. La vía alberga sabores, cultura e historia.

Una avenida en el centro de Guayaquil es el nuevo espacio de recreación para guayaquileños y turistas. La calle Panamá, que nace al pie del cerro El Carmen, en la intersección con la calle Loja y muere al encontrarse con la avenida Aguirre, alberga historia en sus aceras regeneradas, una economía en crecimiento y sabores locales a disposición de propios y extraños.

La importancia de esta vía para la Urbe Porteña no es reciente. Para finales del siglo XIX, tal como detalla el historiador Fernando Mancero, sobre este sector, y gracias a su cercanía al malecón, se alojaron grandes empresas de acopio y venta de cacao. El olor de la 'pepa de oro', como le dicen también a este fruto, se volvió característico de la zona.

Aunque hoy esta vía luce reluciente, pintoresca y colorida, tuvo una etapa de abandono, que llegó con la salida de los comercios dedicados al expendio del fruto del que se hace chocolate. En esta época 'oscura' se volvió la 'casa de acogida' de personas en condición de calle o de aquellos libadores que perdían su camino luego de estar enfiestados en alguna disco de la 'Zona Rosa', a solo una cuadra, sobre la calle Pedro Carbo.

En la actualidad, el olor a cacao se ha ido y ha sido reemplazado por el de los platos típicos de la comida ecuatoriana que ahí se ofrecen y es que en la calle Panamá, 45 emprendedores han armado sus locales comerciales entre restaurantes, bares, tiendas, pastelerías y más.

En esta vía se realizaron diversas actividades por las fiestas.Miguel Canales

Su peatonal principal y, las intersecciones de la misma, están revestidas de adoquines. Decoradas con mesas, parasoles y estructuras metálicas que celebran a lo mejor de la identidad guayaquileña.

El copropietario de la dulcería Mono Goloso, Alexis Briones, asegura que la reactivación de esta arteria y la promoción que ha recibido por parte del Municipio de la ciudad lo ha visto en la necesidad de extender sus horarios de atención. En su local, que abrió sus puertas hace siete años, se ofrecen postres y dulces artesanales.

Frente al negocio de Alexis, se encuentra La Central, un restaurante que ofrece desde hace más de cinco años platos tradicionales con productos locales. Una de sus propietarias, María Fernanda Cepeda, asegura que una de las claves del éxito en esta rúa radica en la peatonalización de las intersecciones, tanto de la calle Luzuriaga, como la de la Imbabura. En esto coincide Pamela Hunda, chef y propietaria de Café Colibrí, que abrió sus puertas hace tres años. "La reactivación de esta calle ha permitido que negocios como el mío, crezcan, se hagan conocidos y se llenen los fines de semana", aseguró.

Comensales y quienes transitan en esta vía, propios o extranjeros, consideran que es el lugar ideal si se quiere buscar comida deliciosa, en un espacio abierto y cerca de todo. "Me parece increíble que haya un lugar en el centro de Guayaquil para salir a caminar con tu familia y tus amigos y poder comer algo rico", puntualizó César Giler, quien tuvo problemas para decidir qué local visitar.

Mariuxi Albán, que esperaba su transporte en uno de los banquillos sobre esta avenida, dijo sentirse segura al notar en cada esquina a miembros de la Policía Nacional o guardias privados de los locales. En esto coincidió Judith Pulido, originaria de Bogotá, Colombia, quien visita la ciudad por una feria por motivo de las fiestas julianas. "Creo que es una parada obligatoria para cualquiera que venga a Guayaquil. La atención es de primera, es seguro y está cerca a los hoteles de la zona", afirmó.

Los peatones dicen sentirse seguros en esta zona.Miguel Canales

Esta obra, la regeneración, que es aplaudida por muchos, recibió al menos 45 mil visitantes durante el 2021. Desde la Empresa Pública Municipal de Turismo, Promoción Cívica y Relaciones Internacionales de Guayaquil, se aseguró que es una obra en crecimiento que pretende abarcar más intersecciones a lo largo de la Calle Panamá.

En este mismo espacio, el municipio local prevé crear un centro cultura al que llamará 800 Varas, en honor al puente que antes se ubicaba en esta calle. En julio del año pasado, sobre la intersección con la calle Imbabura, se inauguró el Museo del Cacao, espacio donde se destaca la importancia de esta fruta para esta vía, la ciudad y el país. Atracción que se abordará en otra entrega de Diario EXTRA.

La calle Panamá revivió del olvido para apoderarse del quehacer del guayaco en sus momentos libres. Y no planea quedarse nunca más en el olvido.