Una lluvia de hechos violentos, hoy investigados como femicidios, bañó de sangre el último fin de semana a la provincia de Manabí. En menos de 24 horas, tres mujeres fueron atacadas supuestamente por sus parejas.

El factor común de los violentos acontecimientos, es que los agresores buscaron acabar con sus propias vidas luego de atacar a las mujeres. Dos de ellos se dispararon y sobrevivieron, solo uno logró su objetivo de autoeliminarse, colgándose de una viga.

La macheteó y luego se colgó

Uno de estos lamentables suceso se reportó en el sector Cuello de Río de Oro, jurisdicción rural del cantón Flavio Alfaro, en el norte de la provincia de Manabí. Los cuerpos sin vida de María Mercedes Barre Gilces, de 28 años, y de su pareja, Carlos Enrique Andrade Barre, de aproximadamente 30 años, arribaron la noche del domingo al Centro Forense de Manta.

Ambos fueron trasladados desde una zona montañosa e inhóspita de la ruralidad manabita, lugar donde se registró el supuesto femicidio y posterior suicidio del victimario.

Según el reporte policial, todo ocurrió cuando María Mercedes; su mamá, Mercedes Gilces y un amigo, caminaban con dirección a la casa de un conocido. Fue en el trayecto, en una zona de alta vegetación, donde apareció la muerte.

La dolida madre reveló a los agentes investigadores que ellas y su amigo fueron sorprendidos por la pareja de su hija, quién llevaba un arma blanca tipo machete y procedió a acabar con la vida de María Mercedes y a su vez hirió en una de sus manos al amigo, un menor de edad, de 14 años, identificado como José M.

El cadáver de la fémina quedó en medio de rocas y montes. A primera instancia se veía una herida profunda a la altura del cuello, pero según las inspecciones oculares, esa no fue la única herida que presentaba en su cuerpo.

El atacante habría huido luego con dirección hacia una quinta cercana. Fue en ese sitio, donde posteriormente su cuerpo apareció colgado con una soga. Al llegar las unidades de socorro solo comprobaron el deceso.

Las unidades especializadas de Criminalística y DINASED explotaron la escena. Los cuerpos tuvieron que en primera instancia ser sacados con improvisadas camillas desde la zona de difícil acceso y luego fueron subidas al vehículo de Medicina Legal para su traslado a la morgue manabita.

Los otros casos

La noche del sábado 19 de febrero, frente de dos menores de edad fue asesinada a puñaladas Maribel Morales. El sospechoso de este hecho es su pareja, quién luego se pegó un tiro en el estómago, pero sobrevivió.

Este hecho se suscitó en la parroquia Lascano del cantón Paján, sur de Manabí.

La madrugada del domingo 20, en el sitio El Naranjito del cantón 24 de mayo, María Pilligua, de 40 años, fue hallada sin vida por su hermana Guadalupe. A los lados del cadáver, estaba la pareja quién se quejaba del dolor producto de un disparo que él mismo se propinó.

Según el relato de la ñaña de la fallecida, el cuerpo fue hallado a un costado de la vivienda, pues el supuesto agresor había bajado el cuerpo y lo cubrió con sábanas. Ella escuchó el tiro y acudió a ver qué sucedía encontrándose con la terrible escena.

La fémina presentaba heridas producidas aparentemente por un objeto contundente, que sería un martillo. Tenía golpes en la cabeza y en el cuerpo.

"Ella era cuidadora de unos ancianos en el cantón 24 de Mayo y deja tres hijos en la orfandad. Yo solo pido que si este hombre llega a sobrevivir que pague por lo que hizo , aunque a mi hermana nadie la va a devolver", lamentó entre lágrimas la allegada.

El hombre identificado como Vicente Pilay, de 42 años, se encontraba en una casa se salud de Portoviejo.

Problemas

Esta ola de femicidios que se registró en Manabí levantó voces de colectivos de defensa deos derechos de mujeres.

Ana Zambrano, representante de un colectivo, recordó que detrás de estos hechos existen víctimas colaterales como son los hijos y que estos necesitan acompañamiento de las autoridades gubernamentales para poder conllevar estás situaciones adversas.

Por otro lado, Adrián Cedeño, psicólogo, considera que los femicidios son el desenlace final de una serie de hechos que se han venido presentando en el hogar. "Previo a todo esto ha existido situaciones que deben ser evitadas. Las amenazas, los celos excesivos terminan así. Es recomendable dejar el silencio y que se escape de ese oscuro abismo antes que sea demasiado tarde", expresó el profesional.