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Los parientes de Janeth German miran las imágenes de la joven en su celular.Angelo Chamba

Familia de Santo Domingo ruega que aparezca una de sus integrantes

Tres meses han pasado desde que Janeth German desapareció en circunstancias misteriosas por el cerro Auqui, oriente de Quito. Ni su esposo da la cara.

"Siempre feliz”, fue la última frase que Janeth German publicó en su cuenta de Facebook, seis días antes de su misteriosa desaparición. Para acompañar aquellas palabras, que eran su lema de vida, puso cuatro fotos junto a su hija adolescente, con quien se funde en un abrazo.

Detrás de ellas destacan las imágenes de unos santos, a los que ahora la familia de Janeth invoca y reza para pedir que la traigan de vuelta sana y salva. Tienen una leve esperanza que no se apaga.

Janeth, de 35 años, es oriunda de Santo Domingo de los Tsáchilas, pero gran parte de su vida la hizo en Quito. Ella desapareció sospechosamente de su casa en San Francisco de Miravalle, oriente de la capital, el 23 de julio pasado, cuando fue vista por última vez junto a su pareja, Marlon Vásquez, y con el hijo que tuvo con él, de 5 años.

Esa fecha, los tres habían salido de la vivienda y se habrían dirigido al cerro Auqui, cercano al inmueble. Pero los días pasaron y la familia no aparecía.

“Mi media hermana me llamó y me dijo que no había rastro de los tres. Luego la familia de él puso la denuncia por la desaparición de todos”, recuerda Yessenia German, hermana de Janeth, a quien le decía de cariño Negrita. Fue entonces que la búsqueda se centró en aquella montaña, a donde se presume que entraron.

Las dudas

Esta es la última imagen que compartió la chica.Cortesía

Luis German, padre de la desaparecida, se ha puesto al frente de los papeleos, del diálogo con los agentes investigadores y de la búsqueda en general. “Yo lo único que pido es que mi hija aparezca, porque esta angustia es insoportable”, expresa el hombre de 56 años, sentado en el sillón del salón de belleza que regenta su hija Yessenia en el centro de Santo Domingo.

Ambos se dan fuerzas mientras miran el celular donde están las fotos que a Janeth le gustaba tomarse. Luis hace una pausa y guarda el teléfono para contar que la desaparición le genera un cúmulo de dudas.

Esto porque, al principio, los tres miembros de esta pequeña familia no daban rastros de vida. Sin embargo, después de aproximadamente un mes, Marlon apareció, por un momento, con su pequeño hijo. “Lo entregó a su abogado para que luego se lo diera a una tía de él (del desaparecido). Después, se volvió a perder”, detalla Yessenia a un lado de su progenitor.

Y desde ese momento no se ha sabido nada más de la pareja de Janeth. A decir de la ñaña, el último rastro del que tuvieron conocimiento fue que Marlon estuvo en Cuenca, Azuay, pero no tienen certeza de si sigue en el país o cruzó la frontera sur.

“Si él no le hizo nada a mi hija, entonces debe dar la cara. Se supone que como esposo tendría que estar al frente de la búsqueda”, dice un indignado Luis, mientras fija su mirada en el piso como si buscara consuelo a su desesperación.

El niño es clave

La joven junto a su pareja con quien fue vista poco antes de su desaparición.Cortesía

Los dos familiares de Janeth se miran. Guardan un momento de silencio y dicen que el niño se quedó con ellos luego de que las autoridades les indicaron que, al ser familiares directos, debían encargarse de su cuidado.

“Lo trajimos y al principio preguntaba mucho por su madre. Ahora parece que se ha resignado, porque lo notamos un poco más calmado”, cuentan ambos sobre el infante, que ya conversó con los investigadores.

Pero por tratarse de un menor de edad, todo lo que dijo es reservado, aunque contendría algo clave.

“Las autoridades nos pidieron que fuéramos cautelosos con esta información”, asevera Luis, temeroso de comprometer a su nieto. Lo único cierto es que el pequeño les confirmó que la última vez que vio a su madre, ella no habría querido salir con Marlon. Incluso ambos habrían discutido.

Esto lo corrobora Yessenia al recordar que los dos llevaban separados poco más de un mes y que el hombre habría querido volver con su ex, pero a la fuerza. “Ella vino a Santo Domingo a visitarnos. Cuando volvió, él fue a donde mi Negrita para reclamarle”, relata la parienta.

Marlon, supuestamente, llegó hasta la vivienda de Janeth a increparle que ella ya estaba en una relación con otro hombre. Sucedió unos 10 días antes de que se perdieran, revela Yessenia.

“Esa vez yo hablé con él para pedirle que se calmara, porque lo noté bastante exaltado. Le dije que conversaría con mi hermana para que dijera si era verdad o no lo que Marlon se estaba imaginando”. Unos días después se reportó la desaparición.

Celeridad en la búsqueda

La búsqueda se ha hecho con personal de la Policía y Fiscalía.Cortesía

Desde entonces, Luis, su familia y la policía se han concentrado en recorrer el cerro Auqui, el único sitio en el que podría encontrarse alguna pista sobre Janeth. “Estimo que hemos realizado, por lo menos, unos diez recorridos durante los tres meses que no ha aparecido mi hija”.

Han subido a la montaña, han bajado a quebradas, se han perdido en los trayectos y, aun así, parece que la tierra se tragó cualquier rastro de la joven madre de familia, que se dedicaba a laborar como empleada doméstica en una casa cercana al sitio de su desaparición.

Si bien los esfuerzos por encontrar a la Negrita no han cesado, Luis siente que no han sido suficientes. “Yo creo que para buscar a mi hija, hay que hacerlo con el mismo empeño que se hizo en el caso de la señorita María Belén Bernal. Pero como nosotros somos personas humildes, eso no ha pasado”, dice el progenitor.

Por ahora, lo único que hacen Luis y Yessenia es seguir rogando a Dios por el bien de la joven, que conoció hace poco más de 10 años a Marlon, un albañil y comerciante sobre quien no pesa ninguna orden de captura. Esto porque no se sospecha de algún crimen, ya que el hombre todavía es considerado como desaparecido.

La última vez que se reunieron con la joven fue el Día del Padre.Cortesía
"Lo único bueno de todo esto es que mi nieto pudo regresar a la casa sin ningún daño. Temo que le haya pasado algo malo a mi hija”.Luis German
Padre de la desaparecida

Salió a trabajar y no volvió nunca más

El hombre es de la tercera edad y se dedica al taxismo en la capital.Cortesía

Una angustia similar vive la familia de Carlos Oswaldo Segura Piñaloza, quien se dedica al taxismo, en el sur de Quito. El hombre, de 69 años, desapareció el pasado 21 de octubre cuando se dirigía a su domicilio desde la parada que tiene la cooperativa en el sector de La Victoria.

En un video se muestra al conductor yendo por la calle Jaime Roldós. “Aparentemente, coge una carrera por el sector del Camal Metropolitano y se regresa”, cuenta Mariela Segura, hija de este taxista de la tercera edad.

Sin embargo, no se ha tenido rastro alguno de su paradero y lo único que se sabe es que posiblemente el vehículo llegó hasta el sector de Machachi, en el cantón Mejía.

De inmediato los familiares pusieron la denuncia y se iniciaron las tareas de búsqueda. Pero no hay nada certero.

“Si se llevaron el vehículo, no importa. Lo único que queremos es que nos devuelvan a mi papá con vida. No sabemos nada de él”, dice la hija de Segura.

En este vehículo se movilizaba el conductor. Si usted lo ha visto puede llamar al 0939684725.Cortesía