Un olor a podredumbre fue la señal de un horrendo hecho en la cooperativa Proletarios sin tierra, en el Guasmo Sur, sureste de Guayaquil. El hedor provenía de una vivienda de planta baja, color melón y de portón negro.

La tarde de este sábado 13 de marzo de 2021, la sensación nauseabunda alertó a los moradores de que algo malo había sucedido en aquella casa. La novedad fue comunicada al ECU-911 a las 15:55 y un grupo de agentes fueron a inspeccionar el interior del predio.

Con el pasar de los minutos, los habitantes se enteraron que la familia que residía en el inmueble estaba muerta. Un hecho difícil de entender para el vecindario, pues a más de ver merodeando a pillos y consumidores de drogas, jamás pasó algo semejante.

“Los difuntos eran personas amigables, muy consideradas por aquí. Nunca se escuchó problemas entre ellos”, comentó William, uno de los vecinos. Él era parte de la multitud agrupada cerca del domicilio donde se originó, quizá, la peor tragedia que se recuerde en Proletarios sin tierra.

Todos querían saber algo más sobre el destino de las víctimas. Los balcones, las veredas o algún banco plástico eran útiles para ‘sapear’ el trabajo policial y algún detalle que permita encontrar una respuesta para este atroz acontecimiento.

La verdad fue revelada brevemente por el fiscal Nicolás Pulecio, quien se retiró del sitio a las 18:04, tras el levantamiento de los cuerpos.

Pulecio indicó que la familia habría muerto hace aproximadamente una semana. “Son cuatro personas adultas, dos hombres, dos mujeres y una menor de edad. Se puede determinar que la muerte es violenta, pero por el estado de descomposición de los cuerpos no se puede conocer las causas, habría que precisarlo en la autopsia”, informó.

Agregó que los cadáveres no se encontraban descuartizados y que se estaban en diferentes áreas de la casa. “Los vecinos, por el olor que emanaban los cuerpos, dieron aviso a la Policía”, refirió.

Una mujer, que aseguró ser la madrina de la pequeña fallecida, dijo a EXTRA que no sabía nada de la familia desde el lunes pasado.

El capitán Carlos Rivas, de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida y Muertes Violentas (Dinased), recalcó que las seguridades de la casa no habían sido forzadas.

En tanto, el teniente coronel Manuel Vallejo, jefe subrogante del distrito Sur, detalló que los cadáveres fueron hallados en el dormitorio, comedor y cocina del hogar. También dijo que dos de las víctimas eran esposos, quienes vivían con su hijo, su nuera y su nieta.

Los fallecidos fueron identificados como Francisco Eduardo Ibáñez Caicedo, de 52 años; Victoria del Rocío Alvarado Rodríguez, de 45; Eduardo Ernesto Ibáñez Alvarado (23), Mireya Teresa Llerena Merino (27) y una pequeña de dos años.