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Educación

Los promedios de los ñaños Ramírez han sido de 9.5 a 10.Romina Almeida/EXTRA

Estudiantes hacen historia en plantel guayaco

Una sola familia, una gran dedicación, los mejores promedios. Tres hermanos de promociones diferentes alcanzan el éxito académico, gracias al trabajo entre alumnos, padres y autoridades

Hablamos de los hermanos Katherine de 23 años, Miguel de 19 y Kevin Ramírez Páez de 17. Ellos ingresaron desde inicial a las aulas de la Unidad Educativa Academia Naval Altamar, ubicada en el centro de la urbe porteña.

El trío vivió sus 16 años de formación académica en la institución, demostrando su esfuerzo, dedicación y compromiso.

El gerente general del centro educativo, el doctor Guillermo Vásquez López, afirma que en sus 47 años nunca había visto algo igual. Tres hermanos que en diferentes promociones lograron ser los mejores promedios del plantel. 

Katherine se graduó en 2015, Miguel en 2019 y el 26 de marzo pasado Kevin se convirtió en el nuevo bachiller de la República (promoción XVII), quien se graduó digitalmente por causa del virus pandémico. Sin embargo, eso no le impidió usar su toga y su birrete, al igual que a los 263 alumnos de la institución, que también culminaron la secundaria.

“Ellos son dignos de imitar y sus padres deben de estar orgullosos porque sembraron en buena tierra. Los tres desde su inicio escolar demostraron responsabilidad y disciplina”, manifiesta Vásquez, quien como representante del colegio le entregó a los progenitores una placa en reconocimiento por su trabajo como padres.

“Mi hermana en primero de bachillerato sacó un 7.5 en física, se sintió un poco decaída, pero eso la hizo dedicarse más a esa asignatura y lo logró. También fue mejor bachiller en su promoción y el año pasado se graduó de nutricionista en la Universidad de Guayaquil y fue la mejor estudiante”, relata Kevin con orgullo, quien por su gusto a la construcción y fascinación por la creatividad estudiará arquitectura. Su ‘ñaño’, Miguel, está en cuarto semestre de Derecho en la universidad antes citada.

Kevin nunca pensó que su graduación sería así, pues él estuvo en las ceremonias de sus hermanos, vio como ellos se tomaron la foto, sin embargo él prefiere ‘aguantarse’ con tal de que no se propaguen los contagios.

“Hemos compartido algunos profesores y todos tienen un buen concepto de nosotros. Nunca nuestros padres han estado ‘arriándonos’ en las tareas, siempre hemos sido independientes, desde chiquitos. Igual nuestros progenitores a pesar de trabajar estaban pendientes de nosotros. También nos hemos organizado entre nosotros para compartir los recursos (la computadora). Estamos muy agradecido por el apoyo de nuestros padres. Que les hayan entregado una placa es gratificante porque es lindo que la institución reconozca el esfuerzo de nuestros papás", finaliza Miguel.