Cuando Miguel, nombre protegido, se dio cuenta que el hombre, a quien dejaron inconsciente por robarle, se movía de una manera extraña supo que algo andaba mal. “Parecía que le estaban dando convulsiones. Se movía mucho”, dijo el comerciante informal que labora en la calle 6 de Marzo y Luque.

Miguel reaccionó a un hecho que lo dejó sorprendido. En la tarde del martes 12 de septiembre, un hombre caminaba por la acera del sector cercano al parque Centenario, sitio emblemático de la ciudad, cuando cuatro sujetos extraños se le acercaron por la espalda; uno de ellos le cortó la respiración con el brazo ubicándoselo en el cuello, lo dejó tendido en la vereda y, junto con los otros tres individuos, le quitaron sus pertenencias.

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“Todo fue muy rápido, pero me dio pena ver cómo lo dejan casi sin vida a ese señor”, dijo Miguel. Según su relato, hace algunos años no había sucedido ese tipo de ataques en el sector. Sin embargo, ahora que conoce de lo sucedido dice tener en cuenta a todas las personas que caminan a su alrededor.

El afectado, por su parte, se levantó entre tres y cuatro segundos después de lo sucedido sin decir nada. “Solo se levantó, se tocó los bolsillos y camino hacia el parque. Luego, lo perdimos de vista. La única señal de dolor que tuvo el señor fue al sobarse la garganta, parecía que le dolía mucho”.

Él no preguntó nada ni llamó a la Policía, pero recibió ayuda de los colaboradores de un local de venta de artículos varios. “Los uniformados no llegaron enseguida. Vinieron unas cuatro horas después a hacer las averiguaciones”, especificó.

Aunque la víctima decidió no denunciar el delito (según una fuente oficial), los vecinos y otros comerciantes sí decidieron hablar sobre lo que sucede a diario en esa cuadra. “No hay día en el que no se vea algún robo. Puede ser de 'arranchador' o con alguna amenaza, pero siempre hay”, detalló otro trabajador que prefirió no identificarse.

“Aquí hay que tener hasta ojos en la espalda porque en cualquier momento lo interceptan y se llevan lo poco que se tiene”, refirió Hugo, nombre protegido, dueño de un local. El adulto afirma cerrar su negocio antes de las 18:00 pues en horas posteriores solo el crimen ‘camina’ por allí. “Incluso he optado por esta casi encerrado aquí en el local”.

Otro comerciante cuenta que durante los fines de semana es peor el ambiente ya que no hay locales abiertos. “Los sábados y domingos arman la ‘fiesta’ aquí. No hay ni un solo carro y allí aprovechan para robarle a cualquiera que camine”, comenta.

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