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Enero, el 'agosto' de las limpias para las hierbateras
Myriam Yánez atiende en el mercado San Francisco. El conocimiento sobre hierbas lo heredó de su madre. El año nuevo es bueno para su negocio
Los atados de hierbas son el ‘arma’ de Myriam Yánez para contrarrestar las malas energías y el espanto. Un conocimiento con el que creció. Su madre y su abuela le enseñaron lo que sabe. La casera, de 64 años, lleva más de cuatro décadas en el mercado San Francisco, ubicado en las calles Rocafuerte y Chimborazo, centro de Quito. “Yo he mantenido a mi familia con esto. Nunca se me ha ocurrido hacer otra cosa. Las hierbas han sido mis compañeras”, dijo.
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Pero ese conocimiento no se ha quedado con ella. En su puesto también está Anita Toscano, su nuera, quien desde hace cuatro años es su ayudante. “Siempre me llamó la atención conocer sobre las propiedades de las plantas, y mi suegra me enseñó poco a poco”, manifestó.
Cuando EXTRA llegó al puesto, ambas atendían a dos niñas que sufrían de espanto, según contó Myrian. “Los niños pueden volverse agresivos. Les limpiamos con hierbas y colonia”. Pero eso no se queda ahí, pues luego de la refregada con las plantas amargas, viene el endulzamiento. Myriam comentó que ese es el ciclo completo para que la suerte de los clientes se restaure. “Quitamos lo malo y con las hierbas dulces endulzamos la energía. También se usan colonias o el huevo con flores”, explicó.
Diciembre es su ‘agosto’
A partir de la segunda semana de diciembre, estas mujeres deben abastecerse de buena cantidad de su materia prima, para atender a los quiteños que vienen desde distintos barrios para sacarse los ‘cucos’. “La gente busca limpiarse de todo lo malo que le ha pasado en el año y empezar el nuevo con todo”.
Esta se ha convertido ya en una cábala en el mercado San Francisco, que es el único que tiene un espacio destinado a los saberes ancestrales. “Las hierberas y curanderas somos tradicionales de este sitio, por eso reconocieron nuestro trabajo”, agregó.
En su puesto hay un banquito donde el ‘paciente’ se sienta a recibir la limpia. Y si Myriam ve que la energía está más complicada de lo que debería, recomienda repetir la dosis y hasta le manda ‘tarea a la casa’, con algunos baños preparados por ella.
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