La ‘chupa’ fue larga antes de la violenta y sangrienta muerte. Los dos hombres que fueron asesinados a bala estuvieron libando junto a un policía y una mujer desde las 10:00 hasta aproximadamente las 17:00 del viernes 7 de enero, cuando fueron sorprendidos a tiros.

Los tragos de cerveza, cuyas botellas quedaron como ‘testigos mudos’ del suceso, iban y venían. Todo se daba en las afueras de un taller, donde se había improvisado una carpa, una mesita y unos asientos de plástico.

Los occisos ‘dieron papaya’. Se encontraban en una zona pública, al lado de un asadero del sector Villamarina, en la vía Manta-Rocafuerte, una carretera muy transitada y comercial de la provincia de Manabí.

Los sicarios, de acuerdo con las investigaciones policiales, llegaron en un vehículo Chevrolet Grand Vitara de color vino.

Según los datos recabados, fueron dos sujetos los que usaron armas de fuego para disparar a quemarropa y sangre fría a sus víctimas, que no tuvieron tiempo a reaccionar.

El coronel Luis Banda, jefe policial encargado del Distrito Manta, informó que en el lugar resultó herida la fémina que acompañaba a los occisos. “Fue trasladada al hospital Rodríguez Zambrano para su atención médica, ella está fuera de peligro y tiene custodia policial”, precisó.

El oficial agregó que en la escena se hallaron 19 indicios balísticos que fueron fijados por personal de Criminalística y Dinased.

Asimismo, explicó que cerca del sitio, a la altura del redondel del centro de tolerancia El Imperio, un vehículo fue hallado abandonado e incinerado, el mismo que habría sido usado por los pistoleros para ejecutar el doble asesinato.

“Se van a realizar las pericias respectivas con todos los indicios, huellas y vestigios encontrados. Estamos trabajando las unidades especializadas para determinar el móvil y dar con los responsables”, dijo Banda.

La fiscal Alexandra Bravo, quien tomó procedimiento y autorizó el levantamiento de los cadáveres, informó que uno de los fallecidos es de nacionalidad colombiana y era propietario de un hostal ubicado detrás del lugar donde se ejecutó el crimen. La funcionaria se refería al ciudadano Jorge Eliécer Osorio Athortua.

La otra víctima, hasta el mediodía de ayer, no había sido identificada porque en su poder no se halló ningún documento. Su cuerpo permanecía en la morgue de Manta y se esperaba la llegada de algún familiar para su reconocimiento.

Agente los acompañaba

Una reporte policial detalla que otro de los presentes en el ataque era un cabo segundo de la Policía, identificado como Hernán Aveiga Delgado, quien mostraba síntomas de haber ingerido bebidas alcohólicas.

La fiscal Bravo prohibió que el gendarme, que andaba vestido de civil, se ausentara del lugar y aquella tarde permanecía resguardado en un auto policial. Hasta ayer la institución no se pronunció sobre la situación del agente.

Al pie de donde ocurrió el doble hecho de sangre se halló un carro Hyundai Accent color negro, de placa MBB-7918, que fue retenido para las investigaciones, pues era en el que se movilizaban los fallecidos, informó la Policía.