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Elecciones en Ecuador: 'Parar la olla', la preocupación que embarga a los comerciantes informales
En Guayaquil, los vendedores ambulantes han visto la forma de trabajar, aunque esto no les genere un gran ingreso como en los comicios anteriores
"A esta hora hacía 30 dólares, ahora solo 15", espeta Andrea Batán, guayaquileña y comerciante informal, quien durante 10 años trabaja emplasticando los certificados de votación de las elecciones en Ecuador. A las 8h30, ella, al igual que una docena de vendedores, se acomodaron en diversos puntos de la Universidad de Guayaquil, norte de la urbe porteña, pera esta vez sin sus puestos adentro de las Juntas Receptoras del Voto por las restricciones.
Tras la pandemia, el Consejo Nacional Electoral (CNE) tomó diversas medidas para evitar la propagación del virus, entre ellas, la prohibición de la venta informal. "Antes veníamos a las 5AM. Ahora ya nada nos dejan", lamenta María Holguín. La mujer, de 50 años, menciona que empezó con su trabajo desde los comicios que le dieron la victoria a León Febres-Cordero, en 1984.
"Amigo, solo son 25 centavitos", repite Henry González. Estira su brazo y enseña los esferográficos que lleva en su maletín. Otra de las disposiciones del CNE hacia los votantes es acudir con su propia 'pluma' para evitar el contacto de los sufragantes y los miembros de las juntas.
Los agentes metropolitanos del Municipio de Guayaquil vigilan que se cumpla la medida. En la acera que colinda con la avenida Delta, las campanadas del carrito de helados es inexistente y la grasa que pululaba dejó de recorrer entre las personas.
"Se los deja estar de 50 a 100 metros de distancia, porque usted ya sabe, la crisis, por eso se los deja", comenta para EXTRA, Jairo Macías, agente metropolitano, quien desde las 7AM junto a 40 uniformados vigilan el sector.
La preocupación embarga el ambiente, los tres comerciantes son ignorados. Las personas los evitan, y los pocos que se les acercan los rechazan.