Exclusivo
Actualidad

La presencia de uniformados dio tranquilidad a los ciudadanos que sufragaron en el colegio San Ignacio de Loyola, de Guayaquil.Amelia Andrade

Elecciones 2023: Los ecuatorianos se armaron de valor y salieron a decidir su futuro

Los momentos de inseguridad no estuvieron exentos de estas últimas votaciones, como en Guayaquil. En Quito se vivió una relativa calma

El principal ‘escudo’ para los más de 13 millones de ecuatorianos que este domingo 20 de agosto del 2023, en medio de una crisis de violencia e inseguridad que azota al país asistieron a las urnas para ejercer su derecho al voto en los comicios para elegir al presidente de la República y asambleístas, fue su fe en Dios.

Los ciudadanos, quienes llegaron hasta los recintos electorales en buses, en motos, tricimotos, bicicletas y otros a ‘patada’, no portaban un chaleco antibalas, cascos o salieron con el resguardo de policías o militares.

Te invitamos a leer:  Elecciones en Ecuador: ¿Anticipó Google Trends los resultados? Estas interesantes cifras mostraba

Carmen Mendoza salió a las 07:00 de su domicilio, en el bloque 1 de Paraíso de la Flor, sector porteño que pertenece al distrito Nueva Prosperina, el más violento de la Zona 8 y del país, para llegar a la escuela Lev Vygotsky donde sufragó, caminó más de 10 cuadras.

La comerciante, de 53 años, quien se gana la vida vendiendo comida, contó que, por seguridad y para evitar tentar a los pillos, con lo único que salió de su hogar fue con su cédula de identidad, pues como en su sector todos los días se reportan robos, extorsiones y asesinatos tenía miedo a ser víctima de los delincuentes.

El sector donde vivo es el más peligroso de Guayaquil. Hay muertos a diario, salí con la fe de que no iba pasar nada”.
Clemente Galarza
comerciante

“Vine a cumplir mi deber como ciudadana, estaba indecisa, no sabía si asistir o esperarme a la segunda vuelta. Tenía miedo de que me salga un pillo por el camino, pero el documento es importante y también nuestro deber como ciudadanos, estamos decidiendo el futuro de nuestro país, me puse algo sencillo y me dije: ‘me voy con la bendición de Dios, sé que no va a pasar nada’”, afirmó mientras mostraba su certificado de votación.

Los hermanos Julio y Clemente Galarza y su cuñada Bertha Bailón, quienes residen en el bloque 2 de Flor de Bastión, sufragaron a las 09:00 de ayer en la unidad educativa San Ignacio de Loyola, situada en la cooperativa del mismo nombre.Ellos, al igual que Carmen, solo llevaron sus documentos de identidad y un bolígrafo. Cuentan que en su sector con frecuencia asaltan a las personas y es preferible no ‘dar papaya’.

Así eran las filas en los exteriores de los colegios del noroeste de Guayaquil.Amelia Andrade

“Votamos en familia, caminamos como 20 cuadras, no nos arriesgamos a tomar bus porque para estos eventos los pillos también andaban ‘cazando’ y viendo a quién robar”, manifestó Julio.

Sin embargo, no todos contaron con la ‘suerte’ de Carmen, de los hermanos Galarza y de Bertha. Un ciudadano, quien solicitó la reserva de su nombre por temor a represalias, contó que cuando se movilizaba en el bus que lo trasladaba desde su domicilio, en el sector de La Ladrillera, hasta el bloque 6 de Flor de Bastión, fue víctima de ladrones.

Salimos en familia. Todas nuestras pertenencias se quedaron en casa, llevamos solo la cédula”.Bertha Bailón,
ama de casa

“Se subieron al bus, nos interceptaron a la salida de La Ladrillera, eran como tres o cuatro hombres que andaban en moto y paraban a los colectivos para asaltar a los pasajeros, se nos llevaron el dinero y los teléfonos. A mí me dijeron ‘ahí está tu cédula para que vayas a votar’”, manifestó con preocupación el afectado, de 58 años.

  • Y ¿qué tal si pasa algo?

La Unidad Educativa Luxemburgo, ubicada en pleno ‘corazón’ de Carapungo, norte de Quito, fue uno de los recintos electorales para que los votantes cumplieran con su derecho a manifestar su parecer en estas elecciones anticipadas.

La Unidad Educativa Luxemburgo en el centro de Carapungo, norte de Quito, fue uno de los recintos electorales elegidos.RENE FRAGA

Uno de ellos fue Álvaro López, docente que llegó a la media mañana de este 20 de agosto, completamente solo. “Creo que lo diferente en estas votaciones es la incertidumbre de lo malo que pueda suceder”, admitió mientras resguarda su rostro con una gorra del intenso calor.

Todos los ecuatorianos estamos viviendo en la incertidumbre por la inseguridad”.Daniel Coello,
Votante

Para López, Carapungo es un sector relativamente tranquilo, a pesar de los asesinatos que se han registrado durante este año por una pugna de territorio por la venta de drogas entre bandas organizadas. El votante aseveró que si bien su voto lo hizo en completa calma, sí tuvo en mente una frase “¿Y qué tal si se da una balacera? O si ponen una bomba”.

“Son situaciones que nunca hemos vivido y mucho menos en Quito, pero ahora debemos estar preparados para todo”, admitió López, quien se sinceró al decir que no sabría qué hacer si su presentimiento se cumpliera.

Si bien hubo calma, uno sale con una frase en la mente: ¿Y qué tal si llegara a pasar algo malo?”.Álvaro López
Docente

El mismo sentir lo tenía Daniel Coello, de 37 años, quien debe movilizarse en una silla de ruedas ayudado por su mamá. El votante cursó la primaria en esa escuela y la inseguridad dentro del recinto era una posibilidad para él.

“Estamos en un momento en el que no se sabe lo que va a ocurrir”, acotó Coello, quien confía en que esa incertidumbre no quede en manos de Dios, sino del gobernante que sea elegido. 

  • “El amor a mi patria me tiene aquí”

Al guayaquileño Enrique Pérez no le importó conducir dos horas su vehículo de tres ruedas para llegar hasta el recinto electoral donde sufragó. Un accidente laboral lo incapacitó de poder caminar hace 20 años y hoy conduce una bicicleta que es su medio de transporte. No poder entrar por la estrecha puerta del colegio tampoco fue impedimento y con la ayuda de delegados del CNE pudo votar. (AEB)

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!