A pesar de que la laguna del parque Unasur está llena de basura, desprende mal olor y está infestada de bichos, los vecinos siguen congregándose a su alrededor. “No hay más”, dice una mujer con dos niños.

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Los pequeños se entretienen viendo los renacuajos que hay en el lugar. “No se puede tener un parque en estas condiciones”, agrega Ana, otra moradora, quien además recuerda que –hace aproximadamente un año– el agua del reservorio no estaba tan turbia y que la hierba era regada todas las mañanas. “Ahora todo está seco y lleno de polvo”.

Eso no es todo, la vecina relata que también hay delincuencia y consumo de drogas en la zona, sobre todo pasadas las 19:00. “En la tarde roban más, como a las cinco. Tipo nueve ya no se puede pasar”, agrega.

En el sitio hay guardias con algunos perros, pero los asaltos se siguen registrando. “Cuando pasa algo no hay nadie que nos ayude”, lamenta Ana, quien prefirió omitir su apellido por temor a represalias.

Frente a este parque, está el edificio inaugurado hace diez años con el nombre de Néstor Kirchner, expresidente argentino, primer secretario de la desaparecida Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). Ubicado junto a la puerta de la Ciudad Mitad del Mundo, tiene casi 20.000 metros de construcción. Las puertas están cerradas y no hay algún funcionario o encargado que atienda.

También allí hay quienes se toman fotos o caminan por los enormes pasillos con los niños. “Sería bueno que el edificio sea usado por un museo. Eso es del Estado, por lo tanto es pagado por nuestros impuestos”, dijo Margarita Arsa, una habitante del sector.

Con el paso del tiempo y la falta de mantenimiento, este edificio ya tiene daños en pisos y en algunos elementos como llaves de agua externas. “No entiendo cómo se puede tener algo tan costoso así. Además, esto es turístico. Los turistas preguntan y uno no sabe ni qué decir”, aseveró Carlos Ortiz, un taxista de la zona.

Al parecer, darle uso al edificio no es una tarea fácil. Christian Pino, director de Cultura de la Prefectura de Pichincha, confirmó que el predio en el que se construyó pertenece a la entidad y que fue otorgado al Gobierno Central para el funcionamiento de Unasur. “Hay una cláusula de que, si no tiene ese uso, tenía que regresar a la Prefectura”, explicó.

Según Pino, la entidad se contactó con el Gobierno cuando Guillermo Lasso estuvo en el poder. “Estuvo primero bajo la jurisdicción de Cancillería, luego del Ministerio de Ambiente. Tuvimos una sola mesa de trabajo”, aseveró.

El objetivo era llegar a un acuerdo para que haya un uso compartido, aunque existe una acción judicial para que se haga la restitución del predio. Luego llegó la Muerte Cruzada y todo volvió a cero.

El funcionario agregó que conocieron que ahora el edificio está a cargo de la Senescyt y que existe un proyecto para su uso. Quieren ser informados. “No es la intención de oponerse a los proyectos, sino la de respetar los derechos”, dijo.

Con respecto al parque, aclaró que no es de jurisdicción de la Prefectura, sino del Municipio de Quito. EXTRA se comunicó con la administración La Delicia para averiguar sobre el mantenimiento del sitio y no hubo respuesta hasta el cierre de esta edición.

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