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Los familiares han colocado en un altar en su inmueble. Su deseo es sepultar a la víctima en el cantón Durán.Stalin Carrión / EXTRA

Ecuatoriana murió en el desierto de Arizona

La hija de la mujer fue retenida por las autoridades estadounidenses. Los familiares anhelan recuperar su cuerpo. Han pedido ayuda, pero aún no han obtenido respuesta

Los familiares de Mayra Giler y su hija, Judith Castañeda, están desconcertados. La primera falleció y la segunda fue retenida en el desierto de Arizona, en su afán de cumplir su objetivo: establecerse en los Estados Unidos de América.

El 'sueño' empezó en abril pasado, cuando salieron en avión hacia México. Al inicio, todo fue tranquilo, pues llegaron a un hotel y luego se encontraron con un coyotero local, a quien ya habían adelantado la mitad de sus honorarios: 15 mil dólares, contó el cónyuge y padre de las víctimas, Javier Castañeda.

El pariente relató que la otra parte se la debían dar antes de emprender el viaje que se convertiría en su calvario, pues durante cuatro meses las llevaron de una bodega a otra, con intentos de secuestros y amenazas de muerte, hasta que llegaron a una zona fronteriza.

Esta es una de las imágenes que la mujer envió, junto a su hija, tras su llegada a México en abril pasado.Cortesía

En esa zona habrían permanecido durante el último mes, hasta que la noche del 9 de agosto se alistaron para salir la madrugada del día 10.

Tras unas 12 horas de caminata, la mujer de 35 años, junto a su hija (18) y a otras 8 personas, ya estaban en suelo 'gringo', en el desierto de Arizona, pero una patrulla fronteriza apareció y debieron buscar la forma de evadirla.

Una hora después, Mayra se sintió mal y se desmayó. Los otros migrantes la abandonaron y en la desesperación, su hija, buscó a los policías estadounidenses, quienes las embarcaron en diferentes vehículos, para llevarlas de manera urgente a un hospital, pero en el trayecto la madre pereció. La hija, en cambio, fue retenida.

La joven logró avisar lo ocurrido a una amiga que habían hecho en México y fue ella quien avisó a los parientes en Ecuador. Al día siguiente, el 11 de agosto, a Judith le permitieron contactar a su papá y confirmó la historia.

Ahora los allegados necesitan ayuda. Ellos habitan en el cantón Durán, en Guayas, y han acudido a Guayaquil para pedir ayuda a las autoridades. Javier Castañeda relata que le explicaron que debían enviar un correo electrónico detallando el caso. Y lo ha enviado, sostiene, pero aún no ha obtenido respuesta.