Exclusivo
Actualidad
Ecuador: La alarmante cifra de adolescentes que han sido detenidos por asesinato
Organizaciones criminales buscan captar adolescentes, incorporándolos a sus filas. Comienzan como ‘campaneros’ y se convierten en sicarios
La edad no es una barrera entre el bien y el mal. Entre el 1 de enero y el 25 de septiembre, Ecuador ha visto la detención de 1.655 menores de edad por su participación en diversos delitos. Lo más alarmante es que 52 de estos jóvenes han sido implicados en asesinatos, lo que plantea serias preguntas sobre el futuro de la sociedad y la creciente influencia del crimen organizado en las generaciones más vulnerables (ver infografía).
(Lea también: Antes de fallecer, adolescente reconoció a su asesino; ocurrió en el suburbio de Guayaquil)
Entre enero y junio de 2023 la Policía detuvo a 1.326 niños y adolescentes, de entre 12 y 17 años, por delitos como sicariato, microtráfico, robo a personas, tenencia de armas, entre otros, según detalló una publicación del medio digital Primicias. De un año a otro existe un crecimiento del 24,8 %.
Este inquietante dato refleja cómo el crimen organizado ha modificado sus dinámicas, reclutando cada vez más muchachos para ejecutar actos violentos. Sin embargo, no todos los menores de edad logran salir ilesos de este mundo: muchos terminan en centros de rehabilitación para adolescentes infractores, mientras que otros mueren en ‘acción’.
Un ejemplo de esta tragedia ocurrió el 15 de septiembre pasado, cuando un niño de 12 años fue abatido durante un enfrentamiento con las Fuerzas Armadas en Monte Sinaí, en el noroeste de Guayaquil. Según la Policía, el menor y los tres adultos con los que se encontraba habrían pertenecido a la banda Los Águilas, dedicada a la extorsión, robo y sicariato. “Arrojaron el arma antes de ser abatidos”, detalló un investigador policial.
Para los vecinos de Monte Sinaí, la participación del niño en actividades delictivas no fue una sorpresa. “El ‘peladito’ sembraba terror en el barrio. Siempre andaba con muchachos mayores, extorsionaba en la zona. Nos sorprendía que, a pesar de su edad, ya manejaba moto, tomaba (alcohol) y subía fotos con fajos de dinero”, comentó un residente que evitó revelar su identidad por temor a represalias.
Sin embargo, la madre del menor de edad niega dichas acusaciones. Con la voz entrecortada, aseguró a EXTRA que su hijo no era un delincuente. “Todo es mentira. Solo había salido de casa para comprar una torta para el cumpleaños de su hermano mayor. No era sicario, mi hijo estudiaba, estaba en octavo año. No sé en qué momento subió a ese carro, ni quiénes eran las personas con las que estaba”, expresó.
Menores de edad asesinos en Ecuador
El 19 de septiembre de 2022, un adolescente de 15 años, junto con otros dos individuos, participó en el asesinato del fiscal Édgar Escobar. El menor de edad fue detenido y condenado a ocho años en un centro para adolescentes infractores de Guayaquil.
Meses después, en marzo de 2023, alias Boquita, de 13 años, fue capturado tras participar en el secuestro de una pareja en Quito. Un mes antes, había participado el asesinato de Freddy Bonilla, un policía en Esmeraldas.
Otro caso en el que hubo la participación activa de un menor ocurrió el 16 de abril de este año, cuando un adolescente (14 años), junto con otro individuo, asesinó al conductor de un bus de la línea 45 en Guayaquil. Las cámaras de seguridad captaron el momento en que disparó a sangre fría.
¿En Ecuador, cómo se convierten niños en delincuentes?
Renato Rivera, coordinador del Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado (OECO), advierte que el reclutamiento de menores por parte de organizaciones criminales es una tendencia alarmante. Estas bandas buscan activamente a niños y adolescentes, replicando un fenómeno que ya se observa en países como Colombia y México.
Inicialmente, los muchachos asumen roles menores, como ‘campaneros’ (vigías), pero pronto son arrastrados a participar en delitos más graves, como extorsión, tráfico de drogas o sicariato. “Es preocupante ver cómo en varios atentados contra fiscales y funcionarios, adolescentes han sido los autores materiales”, señala Rivera.
De acuerdo con estadísticas del Observatorio de Seguridad, entre 2019 y 2023 los homicidios intencionales a menores aumentaron un 700 %.
(Te puede interesar: Muere Jacobo Bucaram Ortiz: las primeras palabras de adiós de su hermano Abdalá)
Un agente de la Dirección Nacional de Policía Especializada para Niños, Niñas y Adolescentes (Dinapen) corrobora esta tendencia, señalando que los niños, desde los 9 o 10 años, son reclutados por bandas. A menudo, son los hermanos menores de quienes ya están involucrados, seducidos por el estilo de vida que ven: dinero fácil, buena ropa, celulares y otros privilegios.
“Muchos de estos jóvenes caen en el consumo de drogas, lo que los desensibiliza ante el dolor o la culpa, perdiendo toda noción de la gravedad de sus actos. Ya a los 12 o 13 años son unos expertos en delinquir. A partir de los 12 años se consideran adolescentes”, explica el oficial.
Un ejemplo es el caso de un adolescente de 15 años que, tras asumir distintos roles en una banda, fue condenado por el asesinato de un fiscal. “Su madre estaba en prisión por narcotráfico, su padre murió vinculado al mismo delito y su hermano mayor, quien lo introdujo en ese mundo, también pertenecía a una banda”, detalla el agente.
reglas claras dentro del hogar
Expertos recomiendan más atención a los hijos
Toyi Espín, psicóloga y terapeuta familiar, explica que las pandillas se aprovechan de la pobreza y la falta de oportunidades, ofreciendo dinero a cambio de actividades ilícitas.
Además, muchos de estos adolescentes provienen de hogares disfuncionales, marcados por la violencia y el maltrato, lo que los empuja a buscar ‘pertenencia’ en las pandillas, “que les ofrecen una falsa sensación de familia”.
Enfatiza la importancia de promover el diálogo entre padres e hijos, fomentar la orientación familiar y asegurar que los niños y jóvenes participen en actividades recreativas que fortalezcan los lazos familiares. “Los padres deben ser empáticos, establecer reglas claras y mantenerse presentes en la vida social de sus hijos”, afirma.
Luis Siguencia, especialista en Psicología y máster en Problemáticas Psicosociales, coincide en que las organizaciones criminales eligen a menores debido a su inmadurez y su falta de criterio.
Estos jóvenes, impulsivos y manipulables, no comprenden las consecuencias de sus actos y, además, las leyes son más indulgentes con ellos, lo que les evita condenas prolongadas. “Es crucial que los padres fortalezcan la comunicación, definan límites claros en el hogar y busquen apoyo profesional cuando sea necesario. Los padres deben ser proactivos en este proceso”, concluye Siguencia.
¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!