Lucía y María pusieron a prueba su amistad. Ambas cumplirían el pacto de muerte que se juraron hace dos semanas.

Se encontraron en un centro comercial del norte de Quito. Compraron un chocolate y una botella de agua. Después caminaron juntas hacia uno de los cientos de árboles de eucalipto que se extienden en el bosque del barrio Mena del Hierro Alto, noroccidente de la ciudad. Eran cerca de las 17:00 del miércoles.

Las dos se amarraron en sus cuellos una soga que llevaron consigo. El otro extremo lo sujetaron al árbol. En ese momento se colgaron desde una altura de dos metros. Pero la rama solo soportó a Lucía, de 20 años. María, de 18, cayó sobre la tierra mientras su amiga moría lentamente frente a ella.

A esa hora, un niño caminaba por el sector y vio que la sobreviviente pedía ayuda. “Pronto, las unidades de policía acudieron al sitio. Los uniformados se percataron de que cerca de la joven había una chica guindada con una cuerda”, informó Marcelo Miño, comandante del Distrito La Delicia.

El asombro de la gente

Una unidad de los bomberos llegó para atender a María. Al tiempo, comprobaban el deceso de Lucía. Luego se comunicaron con agentes de la Dinased y Criminalística para indagar.

Eran cerca de las 22:00. El alboroto por los vehículos que subían despertó a José Morales, quien tiene una ladrillera a unos metros de donde hallaron a la fallecida y a la sobreviviente.

“A esa hora escuché el grito de un hombre. Salí a ver y los carros estaban prendiendo las luces”. Morales, que ha vivido más de 30 años en el sector, se sorprendió cuando supo de aquel pacto entre las dos muchachas. Ese caso fue el único que ha terminado con la tranquilidad del barrio, aseveró.

Como Morales, la gente empezó a llegar para conocer lo que había ocurrido. Entre ellos, los parientes de las jóvenes.

Un grupo fue hasta la ambulancia para ver a María. Una mujer subió y abrazó a la chica. Entretanto, los otros familiares caminaron hasta el sitio en el que estaba el cuerpo de Lucía.

Veneno para ratas

Eran las 24:00. El cadáver de la mayor de las amigas era trasladado hasta la ambulancia de Medicina Legal mientras los agentes llevaban los indicios encontrados en la escena.

A más de las cuerdas para quitarse la vida, los uniformados encontraron una funda con veneno para ratas. El coronel Miño dijo que probablemente la chica que falleció había tomado antes esa sustancia. “Presumimos que la otra joven no la tomó”.

Luego de terminadas las primeras pericias, la gente se preguntaba cuáles serían los motivos para cumplir aquel pacto suicida.

En el caso de Lucía, su vecino Osvaldo Cobacango tenía una hipótesis. “Probablemente la chica estaba deprimida porque hace unos cinco meses su abuelito murió”.

El morador dijo que la joven era alegre y una muy buena vecina. Aunque precisó que a la otra muchacha no la había visto.

María, en cambio, había dicho a los investigadores que tomó esa decisión porque supuestamente estaba siendo víctima de ataques a través de las redes sociales. “De todas maneras, los equipos especiales encargados de las pericias serán los que determinen lo que ocurrió realmente”, finalizó Miño.