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El hallazgo fue en esta casa de Pifo, nororiente de Quito. Allí murieron tres personas.Archivo

Doña Veneno enfrenta otro juicio por asesinato

Lissa María Caiza, quien ya purga una sentencia de 34 años de ‘cana’, tiene que responder por el cadáver hallado en su casa hace poco más de 12 meses.

El sonado caso de Doña Veneno tiene más tela por cortar. Lissa María Caiza, quien cumple una pena de 34 años por asesinar a sus hijos en Pifo, nororiente de Quito, enfrenta otro juicio por asesinato.

El reciente proceso es por el crimen de Jaime Yanchaguano, hallado debajo de un lavabo en la casa que arrendaba la implicada, el 28 de octubre de 2020. El cuerpo fue localizado a pocos minutos de encontrar a los menores muertos.

Nuevos datos revelados en la audiencia preparatoria de juicio demostraron que la mujer actuó sola durante el crimen de Yanchaguano.

El hombre, de 28 años, había desaparecido el 18 de octubre, informó la Fiscalía durante la audiencia. Al tiempo, la familia de Yanchaguano recibía mensajes y llamadas telefónicas para pedirle rescate, porque supuestamente había sido secuestrado por un ‘narco’.

Pero todo fue orquestado, según el Ministerio Público, por Caiza. Ella sería quien se contactó con los parientes de Yanchaguano. Esto se demostró durante la investigación que se hizo tras el hallazgo de los tres cadáveres

Si bien Doña Veneno hasta el momento no ha revelado por qué asesinó a Yanchaguano (se ha acogido al silencio durante todo el proceso), los cotejamientos dactilares hallados hace poco la hundieron.

Los dedos de Caiza dejaron sus rastros en las dos cobijas que envolvían al hombre, quien fue asfixiado hasta la muerte luego de que probablemente ingirió una sustancia extraña.

La defensa

En las cobijas que envolvían el cuerpo de la víctima quedaron las huellas digitales de la procesada.Archivo

Con esas pruebas, la Fiscalía indicó que era evidente que Caiza supuestamente dejó en indefensión a Yanchaguano para cometer el crimen. Sin embargo, Estefany López, abogada defensora de la mujer, no está de acuerdo con lo expuesto.

A su criterio, las evidencias presentadas por el Ministerio Público no eran elementos de convicción suficientes como para que Doña Veneno fuera juzgada por asesinato.

Y no solo eso. Según la defensora, no hubo algún testigo que presenciara el crimen del que se acusa a Caiza. “Nadie vio a mi defendida que sea la causante de la muerte usando todos esos elementos”.

Por último, la abogada expuso en la audiencia que tampoco se presentaron pruebas de que Yanchaguano haya ingerido algún tipo de sustancia. “No hay conclusiones de que la víctima haya sido envenenada o puesta en indefensión”, sostuvo.

Pese a todo el esfuerzo de la defensa, la acusada fue llamada a juicio. Valeria Mena, abogada que auspicia a la familia de Yanchaguano, dijo que esperan una sentencia favorable.

“Por tratarse de un asesinato, la señora Caiza podría ser condenada a más de 30 años de prisión”. Sin embargo, Mena explicó que de hallarla culpable, según la legislación nacional, solamente se podría aumentar seis años su condena actual por el crimen de los niños. Es decir, pasaría 40 años en ‘cana”

La víctima trabajaba en una fábrica de galletas de Guayllabamba, al norte de Quito.Archivo