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Judicial
Dominicano “confesó” el crimen de su cónyuge, en Guayaquil
El presunto victimario había escapado, pero al llegar a la terminal terrestre decidió buscar a la Policía, para avisar lo ocurrido y entregarse.
No hubo gritos ni algún otro sonido que alertara a los familiares o vecinos de Adriana Julissa Angulo Sacón, la noche del pasado domingo, cuando fue asesinada dentro de su casa, en el bloque 4 de Bastión Popular, en el norte de Guayaquil.
La joven, de 21 años, había llegado junto a su pareja, el dominicano Ceraniel Rodríguez Ruiz, con quien habría discutido porque él sentía celos.
Luego de eso, el sujeto presuntamente la estranguló, con sus manos, según informó el jefe operativo de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida (Dinased), mayor Dennis Cárdenas.
De ahí, el individuo habría salido de la vivienda sin que alguien notara lo sucedido y caminó hacia un portón de acceso a esa calle, porque es una vía cerrada, y buscó un vehículo que lo llevara hasta la terminal terrestre, del norte porteño.
"Mi hermana deja tres hijos en la orfandad (...). Él conmigo siempre fue una excelente persona. Es difícil creer todo esto”.Ariel Angulo, familiar.
El extranjero estaba a un paso de escapar sin que alguien supiera lo que había hecho, pero algo lo detuvo: “el cargo de conciencia”, acotó el mayor Cárdenas.
Rodríguez Ruiz empezó a buscar a un policía, pero en su lugar encontró a un agente de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM), a quien contó lo ocurrido y, por eso, él alertó a los investigadores.
Hasta ese momento, los uniformados solo contaban con la versión del sospechoso, porque nadie había reportado la muerte de una mujer.
El individuo habría dado todos los detalles a los agentes para que llegaran a la escena lo antes posible. Es por eso que un grupo de gendarmes se movilizó al sitio y comprobó que la joven estaba muerta. En consecuencia, Rodríguez fue detenido.
“Él dijo que era el causante”, sostuvo el jefe operativo de la Dinased.El presunto autor fue llevado a la Unidad Judicial de Flagrancia, donde se le realizaría una audiencia de formulación de cargos, por el delito de femicidio, sanción con prisión de 22 a 26 años, de acuerdo al artículo 141 del Código Orgánico Integral Penal (COIP).
Ariel Angulo, hermano de la víctima, mencionó que para él era difícil creer lo sucedido, porque el cónyuge de la joven siempre dio una buena imagen, aunque comentó que solía tener discusiones con Adriana, “como toda pareja”.
La joven deja tres hijos en la orfandad, de 5, 3 y un año. Solo el mayor era de un compromiso anterior, porque los otros dos los procreó con el sospechoso. Lidia Pilay es la madrina del menor.
“Ellos (la víctima y el presunto femicida) eran tranquilos. No sé qué habrá pasado. Ella era una chica muy carismática, era amiguera. No sé por qué mi compadre hizo eso. Es algo doloroso”, lamentó.
Los hijos de la víctima quedaron a cargo de los parientes maternos, quienes habitan en la misma casa, pero en la parte alta.