“Yo, Poncio Pilato, presidente romano, juzgo, condeno y sentencio a muerte a Jesús, llamado por la plebe Cristo de Nazareno... y determino y pronuncio que su muerte sea crucificado con clavos, porque aquí ha congregado a muchos hombres ricos y pobres, haciéndose llamar hijo de Dios y Rey de Jerusalén”.

(Lea también: Brigitte García: Persona cercana a los fallecidos fue retenida para investigaciones)

Con la lectura de la sentencia a muerte de Cristo, inició el domingo pasado la procesión de Jesús del Gran Poder, la cual congregó a miles de fieles católicos en los exteriores de la iglesia San Francisco (9 de Octubre y Pedro Carbo), y recorrió varias calles del centro de la urbe guayaquileña.

La celebración se realizó a propósito del Domingo de Ramos, el cual marca el inicio de la Semana Santa, también llamada la Semana Mayor.

Los feligreses que se dieron cita en el sitio llegaron cargando ramos, estampas, velas, imágenes miniaturas de Cristo y otros santos, y más objetos alusivos a la fe cristiana.

Luis Zumba, septuagenario participante de la caminata, llegó junto a su esposa con un ramo y una figura del Divino Niño. “Estamos con toda la fe, acompañando al Señor (Jesús). Todos los años lo hago por devoción”, explicó.

La procesión comenzó a las 15:00, desde el interior de la iglesia, donde también iniciaron las dramatizaciones de las 14 estaciones del Viacrucis y de la Pasión de Cristo.

Joffre Morales, devoto perteneciente a la parroquia Virgen de Fátima, fue el encargado de interpretar el rol de Cristo durante el acto y expresó que “indignamente representé a Jesús durante la procesión de este año. como sociedad necesitamos más que nunca de Él (Dios), necesitamos volver a creer en los valores del evangelio y sobretodo abrir el corazón a lo que nos hace bien”.

Morales explicó que realizó este Vía Crucis por vocación y como penitencia, pues “sigo perseverando en el camino de conversión y hacer esto me recuerda que siempre por amor podemos dar mucho más. Lo que Jesús hizo por nosotros es único, inigualable. Con mucho respeto traté de representarlo de la mejor manera, esperando que todos los participantes se dejen conmover y tocar el corazón”.

La procesión recorrió las calles Baquerizo Moreno, Alejo Lascano, Lorenzo de Garaycoa, 10 de Agosto, Chimborazo y finalmente volvió al punto de partida. A lo largo de la caminata, la caravana de fieles se detuvo en varios puntos para escuchar el relato y realizar la actuaciones de los momentos claves del camino de Jesús hacia su crucifixión.

(Te puede interesar: Toque de queda: Sector nocturno afirma que una hora menos no basta)

Así, a la figura de Cristo la acompañaron fieles disfrazados de soldados romanos, los cuales simulaban azotar y maltratar a Jesús; otros parroquianos, también disfrazados, representaron a figuras como la Virgen María, María Magdalena y los apóstoles. También participaron los tradicionales ‘cucuruchos’, cubiertos de pies a cabeza con sus máscaras puntiagudas, sus largas túnicas moradas y llevando es sus manos cruces de madera.

La venta de velas, rosarios, estampitas, relicarios, biblias y todo lo alusivo a la figura de Jesús estuvo en apogeo durante esta celebración, en la que decenas de vendedores se instalaron en las afueras del templo para comerciar.

Los objetos más vendidos de la jornada fueron los ramos, ya no hechos de hoja de palma sino principalmente de romero, para así ayudar a la conservación de la especie. Estos se ofertaban a precios que iban desde los $ 0,50 en adelante, dependiendo el tamaño y lo adornado del diseño.

Una vendedora, que se negaba a regatear y bajar de una ‘lata’ el precio de sus ramos, expresó que no lo hacía porque “sé como es la venta en el Día de Ramos, igual voy a terminar vendiendo todo hasta la noche que estoy aquí”.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!