Exclusivo
Actualidad

Jefferson Aguirre recibe la ayuda diaria de su esposa Andrea Duque para subirse a su silla de ruedas.Henry Lapo

Quito: La tragedia de Jefferson, tras accidente casero le amputaron los brazos y las piernas

Jefferson Aguirre requiere de prótesis en sus extremidades. Le contamos lo que le ocurrió durante un trabajo en su casa, en Zabala, norte de Quito

Los infatigables partidos de ecuavóley que jugaba Jefferson Aguirre con sus amigos ahora solo son recuerdos. “Yo era el ponedor”, rememora nostálgico el joven de 28 años, que ahora batalla para sentarse en un sillón de su vivienda.

Sus brazos y piernas fueron amputados tras sufrir una descarga eléctrica que le cambió la vida para siempre a este tecnólogo en Mecánica Industrial, quien reside junto con su esposa Andrea Duque en Zabala, al norte de Quito.

"Lo que pedimos es que la gente nos ayude para comprar prótesis”.Andrea Duque
Esposa

“Estaba construyendo un tendedero para la ropa en la terraza de mi casa. Usaba tubos de unos seis metros de largo”, explica Jefferson. Apenas comenzaba la mañana del 20 de febrero cuando tomó con sus manos el material metálico, sin darse cuenta del tendido eléctrico del lugar.

El tubo topó directamente los cables y una descarga de más de tres voltios sacudió a Jeff, como le dicen de cariño. Cayó inconsciente y un maestro que le ayudaba llamó por teléfono a Andrea para contarle la desgracia.

Trágico diagnóstico

La pareja del joven cortó una botella y le puso una cuchara para que su esposo coma.Henry Lapo

Andrea, de 27 años, estaba en su trabajo por el sector de los Medios Públicos, al norte capitalino. “Yo soy parvularia y cuando el maestro me llamó pensé que era una broma y me molesté mucho. Pero cuando noté su tono de voz, me di cuenta de que no mentía”.

Tomó un taxi hasta su casa, en un viaje tan largo que la angustia la consumía. Cuando llegó, vio a su esposo en agonía mientras lo atendían los paramédicos. “Lo peor fue que no había camas en hospitales y se demoraron en ingresarlo”.

Cuando por fin logró entrar a una casa de salud, el diagnóstico no fue alentador. El choque eléctrico fue tan fuerte que le carbonizó sus piernas. Los médicos le dijeron a Andrea que las posibilidades de salvarlas eran remotas y que se preparara para lo peor.

Esta pareja necesita comprar prótesis, que pueden costar hasta 4 mil dólares las más básicas. Si desea ayudar, puede comunicarse al teléfono 096 266 1870.

“Los doctores dijeron que mi riñón estaba afectado y pensábamos que también lo estaban mis intestinos”, detalla Jefferson junto a su señora. Por eso, él entró en un coma que duró más de seis días.

En ese tiempo le amputaron las piernas y después vino lo peor. Sus manos quedaron quemadas, por lo que fue necesario removerlas.

La palabra de Dios

La pareja ha permanecido junta durante ocho años. Se conocieron en el colegio.Cortesía

“Yo no quería vivir, pero luego empecé a escuchar la palabra de Dios, lo que me ha dado fuerzas para seguir adelante”, asevera. Con fuerza de voluntad salió en poco tiempo del hospital, mientras sus heridas siguen cicatrizándose.

Pese a todo, la atención que recibe Jefferson es constante. Su esposa tuvo que renunciar a su trabajo para atenderlo en necesidades básicas como comer, bañarse y demás. Aunque el joven ha aprendido a utilizar lo que le resta de sus brazos para facilitarle el trabajo al amor de su vida.