El deslizamiento de tierra mantiene ‘paniqueado’ a moradores de la manzana 1088 de la cooperativa San Francisco 2. Como resultado, un muro de hormigón colapsó y están en riesgo siete viviendas de este sector del noroeste de Guayaquil.

La caída del material arcilloso se presenta desde el martes último, tras una fuerte lluvia que se registró en gran parte de la ciudad.

Cinco de las casas en peligro están asentadas en la parte alta, de las cuales tres son de hormigón y las restantes de madera.

En una de esas edificaciones habita Franklin Prado y sus dos hijos menores. “En 16 años viviendo aquí nunca habíamos estado en una situación de peligro. Estamos alerta día y noche”, manifestó.

En la misma circunstancia se encuentra la familia de al lado, conformada por Pedro Navarrete, su esposa y sus dos pequeñas hijas.

“No sabemos qué pasará. Tememos que en cualquier momento haya una tragedia”, expresó Pedro.

Los vecinos indicaron que ayer pasó por el sitio personal municipal de Riesgo, pero asegura que no les ‘pararon bola’.

El panorama es similar para dos familias que habitan en la parte baja, pues temen que con el permanente desmoronamiento de tierra caiga parte de la estructura de las viviendas.

En una de las casas habita Silvia Monserrate, de 47 años y con 60 % de discapacidad física. Vive con su amiga Katherine Ronquillo (54), con quien se gana la vida atendiendo un pequeño bazar que acondicionó en la sala.

“El dormitorio quedaba atrás, pero lo cambiamos adelante, aunque por el temor dormimos en la sala”, dijo Silvia.

Construcción antitécnica

El muro colapsó porque fue construido de manera antitécnica. Lo levantó el primer propietario del predio, señalaron moradores.

“Al señor le advertimos que se requería de un estudio, pero no hizo caso y contrató a unos albañiles aprendices, además metieron maquinaria, lo que debilitó el terreno”, comentó Franklin, mientras desde lo alto observaba con preocupación el deslizamiento de la tierra.

Más problemas

La temporada invernal evidencia otros inconvenientes en la San Francisco 2. La única vía pavimentada está con enormes huecos.

Algunos moradores de la manzana 738 afirmaron que varios buses de transporte se han quedado embancados.

Pero el epicentro de los problemas es un kilómetro más adelante, en las inmediaciones de la escuela Alejo Lascano. En ese punto se mezclan la basura, el material pétreo y las aguas lluvias.

“Además de las dificultades para circular, debemos soportar los malos olores y los mosquitos”, expresó la moradora Lorena Tierra.