Al abrir la puerta de su casa para que ingresaran sus hijas, Hilda vivió la peor pesadilla de su vida. Mientras las jóvenes guardaban una motocicleta en el área destinada como garaje, un sujeto que aparentemente huía de la policía y de sus enemigos entró en la vivienda, la amenazó con un arma de fuego y la mantuvo como rehén durante al menos 30 minutos.

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El individuo, identificado como Byron Aaron Lema Álvarez, no solo la apuntó con una pistola y la obligó a caminar por varios espacios de su casa de tres plantas, ubicada en la manzana 353 de Los Vergeles, en el norte de Guayaquil, sino que también disparó desde la terraza contra un vecino y luego saltó al techo de la casa contigua.

El suceso, que aterrorizó a toda la barriada, se registró a las 22:00 del lunes 5 de agosto. Como consecuencia, falleció Luis Alejandro Astudillo Bejarano, de 29 años.

Según la versión de los vecinos, este joven, desde el exterior de la casa de Hilda, la alertaba de que un hombre estaba dentro de su inmueble y que era un delincuente que estaba robando.

“Fueron los minutos más terribles de mi vida. No me di cuenta cuando entró en mi casa. Al voltear, lo vi frente a mí, apuntándome con un arma. El tipo subía detrás de mí, cerró las puertas para que mis hijas no entraran. No dejó de apuntarme con el arma. Me arrodillé y le rogué que no me matara. Caminé hasta el balcón; buscaba algo que no entendía qué era, rebuscaba por mi casa. El vecino pedía auxilio y le disparó”, relató entre sollozos la mujer, oriunda de Ambato, provincia de Tungurahua, pero residente en Guayaquil desde hace tres décadas.

Una de las hijas de Hilda detalló que estaba guardando su moto cuando escuchó los gritos. Sin embargo, ya el peligro estaba dentro de la casa y no pudieron hacer más que pedir ayuda a gritos. El individuo no solo tenía sometida a su madre, sino que también había matado a Luis Alejandro, conocido cariñosamente como Luggi.

Finalmente, pasada la medianoche, la policía logró ingresar al inmueble donde Lema se había escondido por casi dos horas. “Queríamos lincharlo por lo que hizo, matar a un inocente”, mencionó una moradora.

El padre de la víctima contó que Luis salió de su casa, ubicada a media cuadra del lugar del suceso, para comprar comida para su gato. “Mi hijo era un buen muchacho, muy querido en el barrio. Trabajaba en la compra y venta de carros. Hace poco se salvó de ser asaltado. Regresaba a casa cuando le dispararon. Murió camino al hospital”, explicó.

El coronel Édison Rodríguez, jefe del distrito Pascuales, al que pertenece este sector, contó que el detenido había intentado robarle a una pareja minutos antes.

“Este sujeto intentó escapar por un callejón. Hubo una persecución e ingresó arbitrariamente a un domicilio. Los moradores, enardecidos por lo que había pasado, intentaron lincharlo. Un policía resultó herido; le lanzaron una piedra. Es nuestra obligación proteger la seguridad de las personas y poner al sospechoso a disposición de la autoridad”, afirmó.

El detenido tiene antecedentes penales por robo, tenencia de armas y estafa. Ayer fue procesado por asesinato, delito tipificado en el artículo 140 del Código Orgánico Integral Penal (COIP).

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