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Denisse, la ‘profe’ solidaria que requiere ayuda
La chica habita en una casa de puro zinc. Ella fue una de las gestoras para que 6.000 chicos de Monte Sinaí accedan a clases en época de pandemia.
En la mañana es sala, comedor y cocina; y por las noches hay que ‘tirar’ los colchones al piso para transformar el espacio en un dormitorio. En esas condiciones vive la familia de Denisse Toala, cuya vivienda está situada en la cooperativa 26 de Agosto, Monte Sinaí.
Apenas 16 metros cuadrados tiene la endeble casa asentada en ese sector del noroeste de Guayaquil que carece de servicios básicos. En ella habitan la adolescente de 17 años, sus padres, dos hermanos y dos sobrinos. La mayor parte de la estructura es de zinc, material donado por personas solidarias.
Quizá no le ‘suene’ el nombre de Denisse, pero el aporte de ella allanó el camino para que unos 6.000 chicos de primaria y secundaria de Monte Sinaí puedan continuar sus estudios en esta época de pandemia.
Los alumnos, por ahora, son parte del programa municipal de apoyo ‘Educando en el camino’, que con el aval del Ministerio de Educación se contrataron 273 tutores y 15 técnicos.
Frente a la casa de Denisse hay un árbol, cuya sombra es aprovechada por ella para ayudar en las tareas a los chiquillos, tal como publicó EXTRA el 28 de agosto de 2020.
En el lugar no se ha colocado un solo ladrillo de lo que debería ser la casa comunal, espacio en el que la adolescente quiere acomodar a los alumnos. “La ministra de Educación, Monserrat Creamer, vino y se comprometió a ayudarnos, pero hasta la fecha lo cumple”, aseguró.
Todo por los chicos
Hasta antes de la pandemia, Denisse vivía con su familia en la entrada de la 8 (avenida Casuarina), desde donde se movilizaba unos 10 kilómetros adentro para dedicarse a sus estudiantes.
Pero la falta de dinero para transportarse la obligó a levantar, junto con sus padres, unos palos en un predio cedido por un familiar en la 26 de Agosto. Cuando quiso regresar a su primera casa se enteró con que habían robado los enseres y para rematar el sitio se volvió inhabitable por la saturación del alcantarillado.
No ha pensado abandonar a los chicos, pese a que se contagió de COVID-19, al igual que su madre Mercedes Pérez; y padre Kennedy Toala, quien se salvó de morir.
Denisse recién se graduó de bachiller. Espera obtener un cupo en la carrera de Traumatología, así no dejará desamparada a su comunidad.
Quienes deseen colaborar con la familia de Denisse pueden comunicarse al celular 096195520.