El primer discurso de Daniel Noboa Azin como presidente de la República del Ecuador fue corto. Duró apenas siete minutos, quitando los saludos que hizo al inicio de su intervención, aunque fueron suficientes para resumir lo que -según él- hará durante su también breve mandato, de apenas un año y medio.

El joven mandatario, de 35 años, sostuvo que para combatir la violencia que tanto afecta al país atacará la desocupación, porque de esa manera buscará disminuir la cantidad de jóvenes que se convierten en delincuentes ante la falta de empleo. Además, habló de reformas legales que plantearía en diferentes áreas para buscar el progreso de la nación.

Según Noboa, él no es “antinada”, sino “pro-Ecuador”. Por eso, afirma que a ciertos grupos políticos “les costará encasillarme en viejos paradigmas (...). Para viejos esquemas políticos es difícil entender”. En su discurso también mencionó que su familia fue víctima de persecución política durante algunos gobiernos, pero él no cobraría venganza. Aseguró que va a “romper el ciclo de revanchas”.

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El evento de posesión de Daniel Noboa como presidente de la República debía empezar a las 11:00, pero este comenzó con retraso debido a que el gobernante saliente, Guillermo Lasso, llegó atrasado y apenas a las 11:11 estuvo bajando de su vehículo en las afueras de la Asamblea Nacional, en el centro-norte de Quito. Sin embargo, no fue el único que llegó tarde.

El mandatario colombiano, Gustavo Petro, ingresó al salón Nela Martínez, del Palacio Legislativo, a las 11:43. A su llegada, el presidente de la Asamblea, Henry Kronfle, daba su discurso, pero lo interrumpió por unos segundos para darle la bienvenida. Su actitud hacia Petro se percibió mejor que la mostrada ante Lasso, a quien apenas le dio la mano cuando lo tuvo de frente.

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Lasso tampoco fue receptivo durante la intervención de Kronfle. Veía hacia los lados, se tocaba el rostro y sus gestos hacían notar que aparentemente no se encontraba a gusto. Por eso, cuando Noboa fue posesionado oficialmente, se despojó de su banda presidencial y se retiró de inmediato, en compañía de quien fue su vicepresidente, Alfredo Borrero, y su equipo de trabajo.

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Mientras a Daniel Noboa le tomaban fotos, Lasso salía a paso lento a sus espaldas. Y al bajar hacia el pasillo que lleva a la puerta principal, ya como expresidente, fue abucheado por algunos asistentes que se encontraban en la parte alta del salón plenario.

Quienes acapararon más miradas en el evento de cambio de mando, además de los protagonistas, fueron el hijo de Daniel Noboa, quien le agarró el sable a uno de los escoltas mientras caminaba por la alfombra roja (del otro lado su madre, Lavinia Valbonesi), e Isabel Noboa, la tía del ‘presi’.

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La empresaria, luego de su ingreso al hemiciclo de la Asamblea, tuvo una fila de personas que le pedían fotografías. Entre los pasillos y asistentes se escuchaba bromear: “Isabel Noboa es mi tía”, dicho con el acento de ‘Sambo’ utilizado en los audios y videos viralizados en redes sociales.

En el Palacio Legislativo los selfis no faltaron. Quienes llegaban trataban de inmortalizar ese momento con fotos, solos o en grupos. Era como una regla. Hasta la prefecta del Guayas, Marcela Aguiñaga, lo hizo. Ella grabó un video luego de su llegada.

Luego, con el pasar de los minutos, dentro del salón no se sintió para nada el característico ‘pacheco’ de la capital. Fue todo lo contrario, reinó el calor y algunos asistentes utilizaron sus invitaciones, a manera de abanico, para refrescarse. Fue una situación que llamó la atención.

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