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Crónica roja
Cuenca: Dos sectores cuentan con sistema de videovigilancia ante la presencia de delincuentes
Migrantes envían dinero para la compra de equipos. Los residentes no se dejan amedrentar y afirman que se defenderán hasta lanzando agua caliente
Con bates, palos de escobas y cualquier otro elemento de defensa a la mano, pero sobre todo con valor y unidad, en los diferentes barrios de Cuenca, la capital azuaya, se mantienen ‘mosca’ contra la inseguridad. Desde hace unos tres meses se han sumado más sectores.
En 300 de los cerca de 700 barrios que forman las 15 parroquias urbanas cuencanas, disponen de cámaras de videovigilancia particulares, colocadas por gestión de los vecinos, y enlazados por grupos de mensajería que hacen vigilia ante la posible presencia de sospechosos o presuntos delincuentes.
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Ante cualquier extraño, a través de una sirena pasan la alerta y se convocan para salir de sus casas y ahuyentar a desconocidos, ‘amigos de lo ajeno’ u otros.
Carlos Farfán cuenta que en cada una de las 24 cuadras que comprenden su barrio, tres vecinos disponen de un sistema de activación de sirena y tan pronto ellos reciben una novedad por la red social, las encienden para convocar a la comunidad.
María Piedad Collahuazo, vecina del barrio El Medio Ejido, también dice estar preparada y, en caso de que algún sospechosos llegue a su territorio, ella hasta le arrojaría “agua hirviendo”, dice con indignación.
- TECNOLOGÍA
Inicialmente, se convocaban a reuniones y en comunidad se formaban grupos para recorrer el barrio a manera de patrullaje, pero esta acción ha sido reemplazada con la tecnología.
Julio Sisalima, dirigente parroquial, explica que en dos de las 21 parroquias rurales (El Valle, la más grande de la urbe, ubicada al sureste; y Sayausí, del norte) han montado sistemas propios de videovigilancia. Son dos centrales de monitoreo con cámaras de seguridad conectadas al Sistema Integrado de Seguridad ECU-911.
Desde ellas controlan entradas y salidas de sus territorios, para en caso urgente, solicitar la movilización de los vecinos.
Sisalima indica que los equipos fueron adquiridos con dinero enviado por familiares que se hallan en el exterior. Y estima que con este blindaje, la organización comunitaria y los operativos policiales, aunque esporádicos, contribuyen a fortalecer la tranquilidad, seguridad y paz en Cuenca.
- RETENIDOS
Con estas acciones adoptadas por los comuneros desde mayo a julio de 2023 lograron atrapar a veinte sospechosos: ocho en Challuabamba, seis en El Carmen de Guzho y seis en Ricaurte. Cuatro de los ‘pillados’ estuvieron ‘a un pelito’ de ser incinerados.
La policía retuvo a los sujetos para investigación, pero al no haber evidencias de cometimiento de delito, Fiscalía no formuló cargos.
Así, con la organización y apoyados con tecnología, en los barrios y parroquias urbanas se han unido para impedir que la delincuencia siembre el temor en la capital de Azuay.
“Los azuayos y los cuencanos estamos para protegernos, para evitar que la delincuencia nos perjudique. No permitiremos que siembren el temor y la intimidación”, enfatiza otro dirigente barrial que no se identificó por temor a eventuales represalias.
- LA ORGANIZACIÓN NACE DE LA DESESPERACIÓN
Para el sociólogo Marco Salamea, se trata de una forma de organización colectiva que nace de la desesperación por la elevada criminalidad, dado que el Estado ha perdido la capacidad y el deber, como señala el mandato, de dar seguridad, paz y tranquilidad a la ciudadanía. Pero el especialista Salamea sostiene que la situación podría degenerar en la mal llamada “justicia por mano propia”.
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