Su sueño habría sido el de hallar trabajo para apoyar sus estudios universitarios en la Escuela de Educación Básica de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Cuenca, pero manos criminales truncaron el deseo para siempre. Es la historia de Abigail Supliguicha Carchi, nativa de Orella, de 19 años de edad, amiga, compañera y confidente, de sonrisa contagiante y ojos vivaces, según sus compañeros de aula.

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El pasado 7 de octubre del 2023, la joven había salido para una reunión con un hombre, a quien habría conocido a través de redes sociales. El tipo de nombres Segundo Federico Carlosama Espinosa, quien se hacía pasar por reclutador para cadenas de supermercados en el país. De ese encuentro nadie lo sabía, hasta que, al día siguiente, 8 de octubre fue denunciada por los familiares y amigos como desaparecida.

Con marchas y plantones, casi diarios, protagonizados por los compañeros universitarios, comenzó la exigencia de la sociedad a que las autoridades fortalezcan las acciones de investigación.

Los días fueron pasando sin resultados positivos y en medio del dolor y desesperación de la familia, allegados y compañeros universitarios. Nadie sabía nada, de a poco y frente a la dan por llamar “negligencia” en el proceso investigativo, fueron los chichos de la universidad quienes al parecer asumieron el rol de investigadores.

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Las marchas igual fueron tomando forma, mientras las autoridades iban señalando que están avanzando en el caso, pero nada de eso ocurrió, y fueron ellos a través de la colocación, el miércoles 15 de noviembre, de una fotografía en las redes sociales, donde se aprecia a la joven en compañía de un sujeto, gráfica que llevó a la detención del tipo, quien en pocas horas ´cantó´ todo y dirigió a los agentes investigadores hasta el sitio donde estaba el cuerpo de la muchacha.

El cadáver estaba en estado de descomposición en medio del bosque de Rayoloma, sector de Zumbahuayco, vía Cuenca-Azogues, a la altura de la parroquia Javier Loyola, a 25 kilómetros del este de Cuenca, en estado de descomposición.

El fiscal Leonardo Amoroso, adujo que se conocía de esa fotografía, pero la imagen no era clara para poderlo identificarlo. Según el barrido de cámaras, se habrían dirigido hasta la terminal terrestre de Cuenca para tomar un bus con rumbo a Azogues, destino al que jamás llegaron, anotó Amoroso.

Carlosama Espinosa, se hallaba desde hace un año con el beneficio de prelibertad, de una condena por violación que habría cometido en el 2014, ahora guarda prisión preventiva por el caso de Abigail, cuyo cuerpo en medio de la indignación colectiva por la tardanza en las investigaciones, se encuentra en el Centro de Investigación Forense de Cuenca, a la espera de un protocolo de ADN para la identificación técnica, proceso que tardará algunos días, según Juan Ruiz jefe de la Dinased.

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