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El consejo que no escuchó el guardia asesinado por impedir que matones entren a un inmueble
El objetivo de los criminales, al parecer, era matar al miembro de una organización criminal que estaba en el lugar
El presentimiento de Sonia Morales se convirtió en una trágica realidad. La adulta mayor le había suplicado al tercero de sus cuatro hijos, Érick Stalin Salvador Morales, que dejara su trabajo como portero en un inmueble donde alquilan piscinas al público, porque a ese lugar llegan personas que tienen problemas delictivos.
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Érick, de 43 años, a quien de cariño le llamaban Gato por sus ojos verdes, le habría contestado a su madre que la labor que realizaba desde hace más de una década era su única fuente de ingreso y que no podía dejar de trabajar.
La noche de este domingo 14 de abril, mientras cuidaba la puerta del mencionado lugar, fue atacado por sujetos que llegaron en moto y que tenían la intención de ingresar al inmueble.
Con ese hecho violento, que se registró en las calles Domingo Savio y Guerrero Valenzuela, y que ocurrió a cinco cuadras de donde el jueves 11 de abril fueron asesinadas cinco personas, entre ellas un menor de edad, en las calles Azuay y Gallegos Lara, el distrito 9 de Octubre suma 36 muertes violentas.
Salvador recibió un tiro en la cabeza y su amigo y vecino con quien conversaba al momento del hecho, Jaime Enrique Guzhñay Villamar, de 35 años, también fue alcanzado por las balas por más que corrió.
“Le dije: ‘Mijito, deja este trabajo que es peligroso, llega toda clase de gente, ya te han amenazado por no dejarlos entrar’, pero mi hijo se llevaba bien con el dueño. Si hubiera abierto la puerta, hasta niños habrían muerto, adentro estaba lleno de personas”, manifestó Sonia, mientras llorando observaba la sangre de su hijo, que aún permanecía sobre la acera donde cayó.
Una fuente policial reveló que el objetivo de los asesinos era ingresar al inmueble y perpetrar un hecho violento en contra de una de las personas que estaban en el lugar y que pertenece a una organización criminal.
Moradores lamentaron el hecho violento e indicaron que la zona está ‘plagada’ de expendedores y consumidores de droga, por lo que piden más patrullajes. (AEB)
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