Los operativos de clausura efectuados en tres clínicas de rehabilitación clandestinas, en el sur de Guayaquil, revelaron la compleja situación en la que se encontraban los internos, 37 hombres y 14 mujeres. Estos establecimientos funcionaban en el Guasmo, en las cooperativas Mariuxi Febres Cordero, Unión de Bananeros y Reina del Quinche.

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En la primera cooperativa, en un domicilio de dos plantas, agentes policiales y de las Fuerzas Armadas comprobaron que los usuarios se encontraban incómodamente, agrupados numerosamente en habitaciones, sin el espacio suficiente para descansar.

En uno de los espacios habilitado como dormitorio había 20 colchones, en los cuales dormían los internos amontonados. Esta realidad se repetía en el siguiente centro de rehabilitación intervenido, en la Unión de Bananeros. El último establecimiento estaba en mejores condiciones, equipado con literas y más espacio, pero en él se encontró a 14 mujeres, entre ellas una a quien se le suministraba un suero sin las condiciones adecuadas.

Según comentó el coronel Erick Carrera, jefe policial del distrito Sur, en la vivienda de la cooperativa Mariuxi Febres Cordero "estaban las personas hacinadas y con candados (en los dormitorios)". Esta situación refleja que, ante una situación de emergencia, como un incendio, la evacuación del sitio sería compleja, lenta y quizá con terribles efectos.

A esa compleja realidad se suma el hallazgo de objetos similares a esposas, que al parecer eran utilizados para torturar a los usuarios, cuando no realizaban pagos por servicios que les debían proporcionar. "Estos son instrumentos que utilizan como para, de alguna manera, amedrentar, o para obligarles que paguen las cuotas", indicó Carrera.

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Las cuotas a las que se refirió el uniformado estaban descritas en la puerta del lugar y eran para tres tipos de actividades: pruebas de VIH, bar (alimentación) y corte de cabello. Debajo de cada ítem estaban los nombres de los ciudadanos y al lado se indicaba si habían pagado.

De acuerdo con datos policiales, hasta la presente fecha de este año 2024, en el distrito Sur se ha cerrado 10 clínicas clandestinas. Carrera mencionó que se continuará obteniendo información de dónde funcionan irregularmente estos sitios, para clausurarlos.

"Lo principal también es preguntarles a estas personas si desean tener una rehabilitación que corresponda. Si es así, pues se someterán al protocolo que así se destine", recalcó, ya que a los internos que han estado en estos sitios se les ofrece seguir un tratamiento en el sistema público.

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