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Refrencial. Según datos de la Fiscalía, este año, en la provincia del Guayas se han realizado 667 denuncias por violación a la intimidad. 526 de estos reportes provienen de Guayaquil.Pexels

La pesadilla del ciberacoso sexual

Según datos de la Fiscalía, este año, en la provincia del Guayas se han realizado 667 denuncias por violación a la intimidad. 526 de estos reportes provienen de Guayaquil.

Luego de una larga relación, Anna Kraft —de 26 años— conoció en Barcelona (España) a Pablo (nombre protegido), de 35 años, un guayaquileño con residencia española. Pero lo que parecía un amor de ensueños, con el tiempo, se transformó en una pesadilla.

Tras un mes y medio de relación, ella regresó a Ecuador y la relación terminó para luego retomarla, pero de manera virtual.

Pablo se comportaba de manera posesiva y controladora. A finales de 2017 terminaron y ella viajó a su país natal, México. En una fiesta conoció a un chico con el que compartiría una noche.

La mañana siguiente, el guayaquileño la bloqueó en todas sus redes sociales y la inundó de mensajes despectivos. Pensó que todo quedaría así, pero su odisea apenas comenzaba.

Su expareja se dedicó a escribirle a amigos y conocidos “advirtiéndoles” con una frase: “Cuidado con Anna Kraft. Va por la vida pidiendo sexo sin condón y contagiando el virus del papiloma humano”.

Anna había padecido de este virus años atrás. A pesar de que lo tenía controlado y ya no era contagiable, durante su viaje le confesó a Pablo que tuvo esta infección. “Se agarró de esto. Lo utilizó para extorsionarme”, explica Anna.

Además, Pablo creó diversas cuentas en Instagram donde subió fotos y vídeos íntimos que Anna le había enviado durante su relación a distancia. Cada perfil reportado se multiplicaba en una pesadilla que duró un par de meses.

Esta acción está penada por el Código Orgánico Integral Penal (COIP), en la Sección Sexta de delitos contra el derecho a la intimidad personal y familiar, artículo 178 explica que: “La persona que, sin contar el consentimiento o la autorización legal, acceda, intercepte, examine, retenga, grabe, reproduzca, difunda o publique datos personales, mensajes de datos, voz, audio, y vídeo (...) será sancionada con pena privativa de libertad de uno a tres años”.

Según datos de la Fiscalía, este año, en la provincia del Guayas se han realizado 667 denuncias por violación a la intimidad. 526 de estos reportes provienen de Guayaquil.

La rapidez con que aparecen nuevas plataformas para que se produzca el ciberacoso (correo electrónico, redes sociales, teléfono móvil) complica que la Ley pueda dar una respuesta inmediata en estos delitos.

Diego Ascazubi, jefe de Logística de Criminalística en Guayaquil explica que estas denuncias la recepta un fiscal y después pasan a la Policía Nacional. Se toma versiones de testigos y analizan los archivos en el departamento de sistemas. Cuando se crea cuentas falsas en internet, el perito estudia el origen de las imágenes o vídeos subidos para encontrar el IP (Interfaz de programación de aplicaciones) y dar con la ubicación del agresor.

“A través de estos vídeos e imágenes hay casos de chantaje emocional o económico”, comenta Ascazubi.

La psicóloga y máster en salud mental, Patricia Peña, opina que el grado de intimidación de esta forma de acoso es superior al bullying “tradicional”, debido a que se realiza en un plano más personal de la víctima. De esta manera, aumenta la sensación de indefensión causando que no se pida ayuda. “El agresor no tiene ninguna empatía con las consecuencias de su conducta hacia las víctimas”, argumenta.

Las personas que sufren de este asedio virtual suelen pasar por episodios de ansiedad y baja autoestima. “Quería dañar mi reputación para que nadie quisiera estar conmigo”, lamenta Kraft. La joven junto a su madre se comunicaron con un abogado cercano a la familia; lamentablemente, en el caso específico de Anna solo se podía prohibirle el ingreso al país. El tipo siguió hostigando, hasta que, un día, dejó hacerlo.

Hoy, Anna trabaja como modelo profesional y cuenta que le dio vuelta al asunto, “Me dije: Me va a molestar mi desnudez, entonces me voy a desnudar más”. Ha participado en proyectos artísticos donde la anatomía femenina se muestra tal y cual es sin censura.