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Las paradas de buses son los lugares aprovechados por los delincuentes, pues allí se concentra la gente que espera el transporte público.HENRY LAPO

Chiriyacu: Pilas con los arranchadores

Esta zona del sur de Quito se caracteriza por la actividad comercial. Esto sería aprovechado por los pillos que se camuflan entre los transeúntes

Algunos vecinos de Chiriyacu, sur de Quito, los identifican como una banda de entre seis y ocho integrantes. Otros los han visto actuar en solitario. Lo cierto es que los arranchadores son el cotidiano de las calles aledañas al mercado. Las actividades comerciales empiezan muy temprano y se combinan con el paso de estudiantes y trabajadores que, a menudo, son víctimas de los delincuentes.

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“Por eso nos organizamos y permanecemos unidos”, dice Vinicio Lara, directivo de una cooperativa de taxis que opera en la zona. Ellos tienen un chat en el que se comentan las novedades. “A mí me robaron el celular esta semana. Estaba en el carro”, cuenta David Venegas, otro taxista del sitio.

CON CUIDADO

Para los comercios no ha sido una afectación directa, pues, al parecer, los pillos no se meten a los locales. “Solo pasan. Sus víctimas son los que salen con las compras del mercado o los que se suben a los buses”, relata Andrea Espín.

Los comerciantes los han visto bajarse ‘al vuelo’ de los buses luego de quitarle las pertenencias a alguien. “Van caminando y se van hasta cambiando de ropa”, explica Luis Vergara, otro comerciante. Ellos recomiendan andar ‘mosca’ para que los arranchadores no se aprovechen de cualquier descuido.

Desde el Distrito de Policía Eloy Alfaro solo se informó que allí se realizan operativos constantes en los que se decomisan armas blancas y sustancias sujetas a fiscalización, aunque en medidas menores. Los delitos que se registran son los robos a personas y a vehículos. A pesar de las detenciones, los vecinos ven a los ladrones deambulando desde hace años. “Es un cuento de nunca acabar”, dice Andrea.

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