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En el centro de Guayaquil hay 'puñete' en todas partes
Una pelea con varios ‘actos’ tuvo lugar en Pedro Moncayo y Vélez. Quienes ‘sapearon’, rememoran qué sucedió la noche del sábado 17.
Las calles de Guayaquil bien pudieran ser hoy parte de un videojuego de violencia. Para quienes gustan de la acción, sería como una versión del GTA (Grand Theft Auto), simulación de actos criminales que toman lugar en distintas ciudades.
Un ‘relajote’ armado la noche del pasado sábado 17, en la intersección de las calles Pedro Moncayo y Vélez, pleno centro de la ciudad, fue viralizado e hizo que las redes sociales sean las mejores aliadas para que los guayacos ‘sapeen’ lo que no sucede en su ‘metro cuadrado’.
La persona que grabó lo que pasó solo relata las acciones; sin embargo, EXTRA lo contará por ‘misiones’, tal como se cumplen en el videojuego, porque, después de todo, guardan algo en común: hechos violentos que nadie se imaginaría.
Primera ‘misión’, un robo en marcha. La afectada, supuestamente, sería una joven y el pillo, un hombre que vestía una chompa azul y un jean, quien finalmente se va caminando ‘bien campante’ hacia la calle 9 de Octubre.
Segundo acto, que al parecer sucede pocos minutos después: un servidor policial y un ciclista "malcriado" difieren en sus opiniones. Además, acorde a lo escrito por quien comparte el clip, el uniformado “le lanza gas”.
Tercera acción, casi simultánea a la del ciclista: dos hombres se dan de ‘quiño’ en una vereda. Luego uno de los ‘puñeteros’ es arrollado por una patrulla. Cuarta y última ‘misión’: la Policía ‘corretea’ a los peleones y luego los llama para “solo conversar”.
Así es un día normal en GuayaKill, como todos los días pic.twitter.com/BZAbRxx2J5
— Emergencias Ec (@EmergenciasEc) September 17, 2022
No obstante, tremenda puesta en escena merece una explicación. Según la Policía Nacional, a través de su departamento de comunicación, “el procedimiento se manejó como escándalo en la vía pública”, sin proporcionar más detalles, a pesar de que este medio los solicitó.
Pero otros que sí lo vieron saben ‘qué mismo pasó’. Cristóbal Alvarado, quien estuvo al momento de la primera acción, confirma que se trataba de un ‘choreo’. “Estuve en el instante en que pasó y sí se escuchó el relajo” comentó.
Otro que también vio ‘a medias’ qué sucedía fue Víctor (nombre protegido), quien se encontraba en la zona durante la tarde del domingo 18. “La chica gritaba que el sujeto se le quiso llevar a la niña con la que andaba luego de bajar de un taxi”, explicó el hombre.
Por el tercer acto, que sucedió entre la calle Pedro Moncayo y Quito, eran dos los protagonistas. El primero, de unos 50 o 60 años y de quien no se conoce mucho porque “llegó hace unos cinco o seis meses”, ya habría amenazado a varias personas del sitio, según refirió un lugareño. Y, la otra parte, quien también recibió una ‘advertencia’, era un joven extranjero que “se cansó y se le paró” al ‘intimidador’.
“El señor (el que amenazó) es problemático. Con algunos se ha peleado y se la vive en pleitos. Él cuida carros afuera de un local y por eso estaba por aquí ese día. Ese chico reaccionó así porque ya se cansó de tanto que el otro habla y bravea”, rememoró.
Y sobre la última acción, también corrobora lo que se ve. El policía los llamó para conversar a una esquina brevemente y luego se fueron, como dice un conocido refrán, ‘cada quien para su house’.
Pero Hidalgo, colaborador de un hotel de la calle Luque, en la acera de en frente de la pelea, piensa que esto no es de tomarlo a la ligera, pues es un sector de gran movimiento y donde llegan muchos turistas.
“Es preocupante. Incluso, aquí en el hotel y en la cafetería han bajado los clientes. Yo, en la hora de almuerzo, estoy afuera del local viendo quién entra y sale, por si acaso”, refirió el hombre de 57 años.
Hidalgo, aunque ha trabajado en el mismo lugar por muchos años y se conoce a todos los ‘cromos’ del barrio, se siente inseguro. “Se debería garantizar el bienestar ciudadano en todas partes de la ciudad”, afirma.