Un hombre fue procesado por la muerte violenta de una adolescente, de 17 años, y de su hija, de 5 meses, en el cantón Cayambe, norte de Pichincha. Su nombre es Jairo Cuascota y estará 90 días en la cárcel de Ibarra, en Imbabura. Se presume que estaría detrás de, al menos, cuatro crímenes contra mujeres en este apacible cantón, según la Fiscalía.

El caso de la joven se resolvió apenas esta semana, luego de 26 días de búsqueda. Aracely, como se llamaba la víctima, salió de su casa el pasado 1 de noviembre, en la parroquia Juan Montalvo para encontrarse con el papá de la niña; sin embargo, no regresó.

Al principio se detalló que el padre de la víctima estaba posiblemente implicado en este hecho, pero luego se confirmó que Cuascota no tiene ningún lazo familiar con ambas asesinadas.

Pero la Fiscalía General del Estado (FGE) reveló que este no fue el único delito en el que habría participado este sujeto. Durante una audiencia desarrollada este 27 de noviembre, el Ministerio Público recogió el testimonio del tipo, quien habría reconocido que mató a una joven, de 22 años, llamada Yomaira Quishpe, el 18 de junio de este año.

La FGE informó que Cuascota admitió haberse encontrado con ella en esa fecha y que la llevó a una zona de haciendas, donde la mató asfixiándola. Durante su intervención recordó las prendas que llevaba la víctima y dijo que arrojó el cadáver a una quebrada, asegurándose de que nadie lo hubiera visto.

EXTRA conversó con Julio Ayala, esposo de Yomaira, quien hasta antes del cierre de esta edición no conocía del paradero de su pareja. “Han sido cinco meses de verdadero suplicio”, confesó durante una entrevista. Incluso, él guardaba la esperanza de hallar a su joven amada con vida, pero en un comunicado de la Fiscalía y que recogió este Diario, se reveló el asesinato, pero el paradero del cuerpo aún era incierto.

Así actuaba el sospechoso

El esposo de Yomaira contó que esa fecha recibió mensajes extorsivos en los que le pedían 40 mil dólares para liberarla. Luego bajaron el monto a 30 mil, pero esas sumas no fueron canceladas y desde entonces no se conoció lo que realmente había pasado con la joven.

Este mismo modo de operar lo habría aplicado Cuascota con la familia de Aracely, a quienes les pedía 1.000 dólares para no atentar contra la joven y su hijita. Pero algo más escalofriante pasó en agosto de 2024 cuando este tipo supuestamente asfixió a su prima hasta quitarle la vida.

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Según Fiscalía, “en su versión, él mismo indicó que, luego de matarla, se comunicó con su tío, padre de la víctima, para pedirle 3.000 dólares por su liberación, a pesar de que la joven ya estaba muerta”.

Pero estos hechos no han sido los únicos en los que es señalado Cuascota. Asimismo, el Ministerio Público precisó que él violó a una joven, en abril de este año, subiéndola a un vehículo. “La víctima permaneció maniatada y logró escapar del sospechoso para pedir ayuda. En la audiencia de calificación de flagrancia y formulación de cargos, el juez del caso aceptó el pedido de prisión preventiva”.

Pero el 29 de mayo de 2024, la Corte Provincial de Justicia de Pichincha sustituyó esa medida por presentaciones periódicas y la prohibición de salida del país. Así, Cuascota recuperó su libertad lo que le dio la oportunidad de, presuntamente, matar a Yomaira, a su prima y a la madre con su pequeña hija.

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