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Familia de quiteña muerta en accidente en Honduras pide ayuda para repatriar el cuerpo
La joven murió en un siniestro de tránsito en Honduras mientras buscaba el sueño americano. Cancillería espera informes del hecho para la repatriación
Jenny Márquez se quedó sin hija y endeudada. Por si fuera poco, debe tener valor para contarle a su nieto que su madre murió en un accidente de tránsito.
Joyce Valencia, de 22 años, y originaria de Quito, es una de las cuatro víctimas mortales de un siniestro suscitado en la carretera Tegucigalpa - Agua Caliente, en Honduras.
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El hecho ocurrió el 15 de octubre. Un bus en el que viajaban 60 migrantes perdió pista y cayó a un costado del río Higuito. Valencia y tres personas más que iban en la parte delantera del vehículo murieron.
Márquez desconoce si su hija falleció por el impacto o se ahogó. “No sé si sufrió. Solo quiero ver su cuerpo”.
Proceso legal
La madre de la víctima se enteró de su muerte un día después de la tragedia. Su hermana le dijo que debía contarle una mala noticia. “Creí cualquier cosa, pero nunca pensé perder a mi hija”.
Ese día fueron a la Cancillería para solicitar ayuda y le solicitaron que redacte un documento dirigido al presidente de la República que les ayudara a repatriar el cadáver porque no tienen recursos económicos.
Además, desde la entidad indicaron a Diario EXTRA que los familiares deben esperar a que llegara el informe forense en el que se explique las causas del accidente y se establezcan responsabilidades para continuar con el trámite.
Pasaporte y tatuaje
Andrea Paredes, prima de Valencia, contó que tenían esperanzas de que su pariente no estuviera entre los fallecidos porque en las noticias locales aseguraban que las víctimas eran de origen venezolano.
Sin embargo, una pasajera encontró el pasaporte de la joven y se contactó con una amiga de ella por Facebook. Aún así, Paredes y otros familiares no querían creer que la joven murió.
Pensaban que los documentos se mezclaron en el percance. Pero no fue así. Otros migrantes que se hicieron amigos de Valencia les contaron a sus familiares que en la morgue de Tegucigalpa vieron su cadáver y que tenía un tatuaje en el hombro izquierdo.
En ese momento, Paredes confirmó que era su prima porque ella tenía marcada en su piel el pie de un bebé junto al nombre de su único hijo.
"No tengo el valor de mirarlo"
La joven migrante decidió buscar el sueño americano porque se quedó sin trabajo hace algunos meses. Además, los gastos escolares de su hijo, de 5 años, la tenían acorralada.
Por eso, según Márquez, se endeudaron con chulqueros por 4 mil dólares. Para completar el dinero que necesitaba para que su hija llegara a la ‘Yoni’, vendió algunos electrodomésticos.
Pero lo que más le preocupa a la señora no es la deuda, sino cómo contarle a su nieto que no volverá a ver a su madre. Hasta el momento le han dicho que ella se fue a trabajar a otra ciudad. “Todavía no tengo el valor de mirarlo a los ojos y decirle la verdad”.
La mañana de ayer, los familiares fueron a la Plaza Grande, frente al palacio de Carondelet, en el centro de Quito, e hicieron un plantón para pedirle al presidente que les ayude a repatriar el cuerpo de Joyce.
Más tarde, un funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores acudió a su casa para evaluar sus condiciones y determinar si necesitan la ayuda estatal.
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