La familia de Hernán Mendoza ha pegado por lo menos 3.000 afiches con su rostro en Quito. Ha recorrido quebradas, hospitales, vías alternas y más, sin resultados. Han pasado 20 días desde que fue visto por última vez.  Las versiones de su amigo –quien lo habría llamado para salir el 26 de enero– no han ayudado mucho en las investigaciones.

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“Su versión es nula, solo dice que no se acuerda de nada. Que le dieron un vaso de cerveza y que de ahí se despertó en su casa”, dice Gabriela Mendoza, hermana de Hernán. Además, está previsto que sea convocado a rendir nuevamente versión ante las autoridades en estos días. “Para mí son todos sospechosos. No hay amigos ni conocidos”, agrega.

Franklin Álvarez, el conductor del taxi que abordaron Hernán y su amigo, es el único detenido por el caso, pero no actuaba solo. Según las investigaciones, dos sujetos abordaron a los jóvenes en La Pradera, norte de Quito, y les invitaron a unas cervezas. Luego subieron con ellos al taxi de Álvarez.

El coronel Galo Muñoz, subdirector de la Dirección Nacional de Investigación de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Secuestro y Extorsión (Dinased), dice que ya se estableció el recorrido que hicieron esa noche (ver infografía).

“Hemos establecido cuadrantes alrededor de todo este trayecto para las búsquedas. Nos ampliamos al norte y sur de la avenida Simón Bolívar”, explica.

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Los dos sujetos que ya fueron descritos por el taxista fueron identificados y se conoce que tienen procesos abiertos por robo. Eso no es todo, este trío estaría vinculado en por lo menos 20 robos con el mismo modus operandi: abordar jóvenes en la zona rosa, escopolaminarlos y robarles sus pertenencias. “De esos casos, tres están judicializados, es decir ya han puesto las denuncias”, agrega el oficial.

Álvarez no tiene antecendentes penales y en sus declaraciones apuntó que le pagaban 50 dólares por viaje, aunque las versiones se han contradicho desde el principio, según Gabriela Mendoza.

Muñoz aclara, también, que no pertenecerían a ninguna banda terrorista y que se espera que Fiscalía los vincule al caso y se emita una boleta de captura. “Solicitamos a la ciudadanía que se acerque a colocar las denuncias y los identifiquen”, añade.

El coronel Muñoz explica que en Guamaní, en el sur, Álvarez sacó 260 dólares de la cuenta de Hernán. “Su número telefónico se vinculó para hacer el retiro, es una prueba irrefutable”.

No existe aún explicación de que el retiro solo se haya hecho a esa cuenta. “La versión del amigo no es creíble. Algo pasó ahí”, refuta Gabriela Mendoza, hermana del desaparecido.

Además, el joven no habría intentado comunicarse con Hernán en cuanto despertó de la escopolamina y fue la madre del desaparecido quien habría tenido que localizarlo para preguntarle qué sucedió. “Él tenía su billetera y las llaves de su casa. Es raro”, agrega. Eso sí, los celulares de ambos fueron sustraídos.

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