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Caso Harrison Salcedo: le hicieron la carrera de la muerte
Un taxi y un auto negro siguieron al jurisconsulto hasta matarlo en Quito. El tipo que contrató a uno de ellos está preso y tiene un largo historial.
La detención de uno de los implicados en el crimen del abogado Harrison Salcedo, ocurrido hace poco más de un mes en el norte de Quito, reveló que la orden de matarlo habría salido de la cárcel.
El aprehendido es Luis Iván Calderón, de 46 años, quien fue identificado en el Hospital Eugenio Espejo de la capital mientras se hacía atender en el área de cardiología, la tarde del 31 de mayo. Un día después se hizo la audiencia de formulación de cargos, en la que se detalló que Calderón manejó uno de los dos vehículos inmersos en el asesinato estilo sicariato del pasado 28 de abril.
El sospechoso conducía un taxi amarillo propiedad de su suegra y, un día antes del asesinato, recibió una llamada telefónica de un centro de privación de libertad. Quien lo contactó es un sujeto que tiene un largo historial penal por asesinato, homicidio, robo... y que le ordenó a Calderón que recogiera a un tipo apodado Chino.
Le mandó la ubicación del punto de encuentro, el taxista tomó el auto y se dirigió desde Guamaní, sur de Quito, hasta Guápulo, en el norte, donde lo esperaba el ‘cliente’.
Los implicados
El fiscal Alexei Hoyos, durante la diligencia, indicó que Calderón y el Chino fueron en el taxi al edificio donde Salcedo vivía, a las 07:00 de la fecha del crimen. Al parecer, hasta ese momento se habían reunido con otro vehículo de marca Chevrolet, color negro.
Cuando vieron que el abogado salió en su camioneta negra, los dos autos lo siguieron. Desde el vehículo amarillo le dieron instrucciones a los otros sospechosos para disparar a Salcedo –conocido como Hulk Mena– después de haber transitado 900 metros hasta la avenida 6 de Diciembre y República (ver infografía).
Calderón aseguró que escuchó unas detonaciones y se asustó, pero siguió avanzando mientras el vehículo de Salcedo –con él adentro y sin vida– siguió rodando hasta chocarse contra una concesionaria de automotores.
Interceptación de llamadas
Lejos de la escena del crimen, el vehículo negro se perdió. Calderón, en cambio, dejó al Chino en otro punto y con el taxi regresó a Guamaní. Desde esa fecha, el carro amarillo quedó guardado y no salió a trabajar porque supuestamente se había dañado.
Sin embargo, el taxista no contó con que la placa y el modelo del vehículo –un Nissan Sentra– fueron captados por cámaras del ECU-911 durante el recorrido previo y posterior al crimen del abogado.
Asimismo, se hicieron interceptaciones de las llamadas telefónicas que se hicieron desde el carro de Calderón con los demás implicados en el asesinato. En la audiencia, el sospechoso, quien aseguró padecer de cáncer al estómago y diabetes, juró antes Dios que si se enteraba lo que harían, él no habría aceptado hacer la carrera al Chino.
Las súplicas no sirvieron de nada y lo mandaron a prisión. Estará detenido tres meses en la Cárcel 4 de la capital.
Los agentes investigadores levantaron algunos indicios balísticos y luego de hacer las pericias se determinó que el arma con la que mataron a Salcedo fue usada en otro asesinato, hace dos años, en Guayaquil.
Ocurrió en la cooperativa Siete Lagos, en el sur de esa urbe. Allá, la víctima fue identificada como Maikel Rodríguez, quien fue baleado. En esa ocasión, los uniformados recogieron más de 16 casquillos.