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Caso del Guasmo: ¡Por uno ‘pagaron’ todos!
El crimen ocurrido en Guayaquil fue por una represalia, al parecer, de bandas. Testigos dijeron que entre los fallecidos había vendedores de droga.
El cerco investigativo en torno al crimen de una familia en el Guasmo sur, de Guayaquil, se va cerrando. Ayer se descartó que las cinco víctimas fueron asesinadas por alguno de sus parientes.
Lo que en realidad se presume es que la masacre –del 13 de marzo– se produjo por una represalia de una banda, revelaron las investigaciones.
En una rueda de prensa en Quito, Fausto Olivo, jefe nacional de la Dirección de Muertes Violentas (Dinased), dijo que testigos indicaron que presuntamente entre los asesinados había quienes se dedicaban al microtráfico de drogas.
Y uno de ellos tenía antecedentes por este delito. Se trata de Eduardo Ibáñez, de 28 años, quien fue detenido hace ocho años. La Policía cree que el ataque fue dirigido directamente a él. Esto porque en las inmediaciones donde se hallaron los cadáveres de los cuatro adultos y la niña había un grafiti. Esos dibujos –dos estrellas– son idénticos a un tatuaje que Ibáñez tenía en su pecho con la palabra ‘Edu’.
Intento de asesinato previo
Anteriormente, el hombre fue blanco de un ataque. Olivo explicó que, hace un tiempo, un carro rojo, en el que iban tres personas, circulaba por el sector. Cuando vieron a Ibáñez por una cancha se acercaron para cerrarle el paso y ‘virarlo’.
“Por eso creemos que la orientación principal de este evento (el asesinato familiar) tiene que ver con las actividades que ‘Edu’ realizaba”, confirmó el oficial.
Pero lo que preocupa a los investigadores es que el nivel de violencia salpicó a terceras personas, como lo fue la niña, de dos años. Con esta muerte, a más del resto de familiares, se considera que se intentó mandar un mensaje macabro.
Además, llama la atención que para matar a las cinco personas no fue necesario forzar las seguridades del inmueble. El oficial Olivo acotó que los criminales usaron tres tipos de armas: cortopunzantes, de fuego y contundentes. Se llegó a esa conclusión por las heridas que tenían cada uno de los cadáveres.
Según las autoridades, el hecho del Guasmo no tendría una vinculación directa con las masacres en las cárceles del pasado 23 de febrero. Aunque se indaga qué banda está detrás de las muertes.
Una de las desventajas a la que se enfrentan los policías para detener a los implicados fue que la denuncia no se hizo la fecha del crimen. Esto porque la Policía considera que algunos moradores sí debieron escuchar el ataque, ya que a las víctimas les dispararon.